La Ley de Contabilidad Gubernamental aprobada por la Cámara de Diputados y enviada a la de Senadores para que revisen dos artículos modificados en San Lázaro aún tiene pendientes porque si bien exige a los tres órdenes de gobierno reflejar su situación financiera, además de obligar a entes públicos que informen los resultados y cambios en su patrimonio, no prohíbe realizar traspasos de recursos entre las cuentas bancarias de distintos fondos de aportaciones federales o programas, señaló el partido Nueva Alianza.

 

El partido que dirige Luis Castro puntualizó que esto obedece a que en el Senado se eliminó una cláusula que prohibía realizar traspasos entre cuentas bancarias o mover recursos de un programa a otro, que estaba incluida en la iniciativa preferente.

 

“Es cierto que el ejercicio de los recursos requiere alguna flexibilidad, pero también es cierto que esta libertad de traspasar recursos de una cuenta a otra puede generar situaciones de descontrol y opacidad”, argumentó la legisladora Sanjuana Cerda.

 

La diputada aseguró que al consolidar el sistema de contabilidad gubernamental se irán cerrando espacios a la corrupción y a la discrecionalidad en el ejercicio de los recursos públicos, además de que se fortalecerá el sistema de transparencia y rendición de cuentas como una forma de consolidar la democracia y se tendrán mayores herramientas de participación ciudadana.

 

La también integrante de la Comisión de Hacienda en la Cámara de Diputados comentó que su partido pidió que se incluyera en el dictamen aceptado la participación de organismos como la Auditoría Superior de la Federación en el proceso de evaluación y aplicación de esta ley, debido a que cuenta con las atribuciones y la óptica del ente de fiscalización superior de la Cámara, además de que aporta elementos de confianza y control.

 

Cerda Franco dijo que un punto destacable para la sociedad es la vigilancia en materia de endeudamiento público, para evitar que ningún estado, municipio o el Distrito Federal aduzcan legislaciones o tratamientos especiales para practicar una política de deuda pública sin límites ni control.

 

Anotó que al haberse dado este paso importante es necesario avanzar hacia una etapa en que la corrupción, el despilfarro, la ineficiencia, la impunidad y la insensibilidad de los servidores públicos se combatan con decisión y sin consideraciones de ningún tipo.