BERLÍN. La canciller alemana, Angela Merkel, no aclaró hoy si Irlanda recibirá un trato diferente al de España pese a ser un “caso especial” y se permitirá que el fondo permanente de rescate recapitalice directamente su sistema financiero.
La jefa del Gobierno alemán realizó estas declaraciones en la rueda de prensa que siguió a su reunión con el primer ministro irlandés, Enda Kenny, en Berlín, donde abordó la renegociación del rescate a Dublín.
Merkel subrayó lo “específico” de la situación de Irlanda y recordó que se ha encargado a los ministros de Finanzas de la eurozona que elaboren una propuesta para mejorar la “sostenibilidad” de las cuentas de Dublín, en los que confía “plenamente”.
La canciller evitó contestar a una pregunta en la que se le indicó que un tratamiento diferenciado de Irlanda podría suponer un agravio comparativo para España, que también ha criticado el círculo vicioso que supone vincular la deuda de los bancos con la estatal.
El caso irlandés es en cierta medida homologable al español, ya que ambos países han visto sus presupuestos estatales gravemente lastrados tras absorber el impacto de las dificultades financieras de su sistema bancario.
La visita de Kenny a Berlín se produce después de que ambos jefes de Gobierno emitiesen el pasado 21 de octubre un comunicado conjunto en el que reconocían que las “circunstancias únicas” de la crisis irlandesa requerían “un enfoque especial”.
Este mensaje se interpretó en Dublín como una señal de que Alemania estaba dispuesta a cumplir con el compromiso adquirido por los ministros de Finanzas de la eurozona en junio, cuando dejaron la puerta abierta a que Irlanda renegociase las condiciones de su rescate, de 85 mil millones de euros.
No obstante, Berlín negó poco después que Irlanda fuese a recibir un “trato especial” en la recapitalización de su sistema bancario y reiteró que las inyecciones directas del fondo de rescate a los bancos sólo podrán efectuarse después de que entre en funcionamiento el supervisor bancario común.
El Ejecutivo de Dublín había argumentado a este respecto que desvincular la deuda soberana de la bancaria aliviaría la presión sobre su déficit, unas tesis muy similares a las que defiende el presidente español, Mariano Rajoy.