PEKÍN. El ex dirigente chino caído en desgracia Bo Xilai fue expulsado ayer “oficialmente” del Partido Comunista (PCCh), en lo que se considera el último paso de un arduo proceso para sentar al otrora líder provincial en el banquillo de los acusados.

 

El Comité Central del PCCh ratificó el domingo, tras tres días de plenario en Pekín (antesala del XVIII Congreso del Partido, que comienza el jueves y decidirá a los líderes del próximo decenio), la expulsión de Bo de la formación.

 

Aunque la decisión era esperada y se considera un mero trámite, también debería ser el último formalismo para un más que probable proceso judicial contra Bo, a quien el Partido implica en el caso del homicidio de Neil Heywood, envenenado hace un año por su esposa, Gu Kailai, además de en delitos de corrupción, entre otros.

 

Bo ya no dispone de la inmunidad legal que le garantizaba su asiento de diputado en la Asamblea Popular china (Parlamento), que también decidió expulsarle de la cámara a finales de octubre.

 

Horas después de ser retirado del Parlamento, la Fiscalía Suprema del país asiático informó de que iniciaba investigaciones penales en su contra, si bien se desconocen aún los delitos imputados y la fecha del consecuente juicio.

 

Sin embargo, el inminente comienzo del Congreso hace prever que, de celebrarse, la audiencia tendrá lugar al fin de la importante cita quinquenal del PCCh -que se espera que dure alrededor de diez días-, y no antes, como sugerían algunos analistas.

 

Antes de su caída en desgracia, Bo era uno de los líderes con más probabilidades de entrar a formar parte del Comité Permanente (máximo órgano de poder) del Partido, cuya composición será decidirá por el nuevo Comité Central de la formación al terminar el cónclave.

 

Pero el ex líder provincial, antiguo secretario general del PCCh en Chongqing (centro), fue defenestrado el pasado marzo después de que su ex jefe de policía, Wang Lijun, denunciara su mala praxis en el Consulado de EU de la vecina Chengdu, donde intentó refugiarse.

 

Allí, Wang también vinculó a la esposa de Bo, Gu Kailai, con el homicidio del británico Neil Heywood, un empresario cercano a la familia Bo desde hacía años, cuya muerte se había adjudicado oficialmente a una intoxicación etílica hasta entonces.

 

A raíz del paso de Wang por la legación estadunidense, Gu fue condenada en agosto a la pena de muerte suspendida (cadena perpetua en la práctica) y el propio ex policía sentenciado a quince años de cárcel, mientras aún se desconoce con certeza el futuro de Bo, para quienes los expertos vaticinan una pena similar a la de su mujer.

 

Los numerosos claroscuros del caso y el trasfondo del relevo de liderazgo -se espera que Xi Jinping y Le Keqiang salgan nombrados presidente y primer ministro, respectivamente- lleva a algunos analistas a considerar que la purga de Bo pone de manifiesto ciertas escisiones dentro del Partido.

 

El Comité Central (cuya nueva composición se anunciará en la clausura del Congreso, posiblemente el 14 de noviembre) también aprobó el borrador de reformas a la Constitución -el corpus ideológico de la formación-, aunque no dio detalles acerca de su contenido.EFE