WASHINGTON. El presidente Barack Obama y Mitt Romney entraron a las últimas 48 horas de campaña electoral con una coincidencia: ambos hicieron un intenso llamado a sus seguidores para salir y acudir a las urnas mañana, ya que el resultado de la contienda presidencial está más cerca que nunca.
Los candidatos iniciaron el día de ayer con actos en dos estados competitivos por ser considerados estados indecisos, que bien podrían marcar el rumbo de las elecciones: Iowa y New Hampshire.
Acompañado por el ex presidente Bill Clinton en New Hampshire, Obama señaló que continuará con sus esfuerzos para acelerar la recuperación económica y dar un soplo de confianza a los votantes en los estados fundamentales, donde podría determinarse su triunfo.
“No estoy listo para rendirme y espero que ustedes tampoco, New Hampshire”, dijo Obama en un mitin que atrajo a miles de personas. “Hemos llegado muy lejos para darnos la media vuelta. Hemos llegado tan lejos como para que desistan nuestros corazones”.
“Ganaremos New Hampshire”, concluyó. “Ganaremos estas elecciones. Terminaremos lo que iniciamos. Renovaremos los lazos que no se han roto”.
Romney habló horas antes en Des Moines, Iowa, expresando la seguridad de su triunfo y diciéndole a 4 mil 400 seguidores que el tiempo de Obama en la Casa Blanca terminó.
“En vez de construir puentes, él (Obama) ha ampliado las diviones entre nosotros”, señaló Romney. “Déjenme decirles por qué falló en lo que prometió: es porque le interesó más su agenda liberal que el reparar la economía”.
El candidato republicano insistió en “las promesas rotas” del presidente estadunidense, y cargó contra sus políticas, de las que señaló: “Casi todas han sido dañinas para la economía”.
El Presidente se trasladó el domingo a Florida y Ohio antes de hacer una serie de paradas en Wisconsin, Iowa, para hoy, lunes. Se espera que llegue el martes a Chicago para reunirse con su equipo de campaña.
El calendario de Romney para hoy es muy semejante al de Obama, en espera del martes que definirá todo. Romney planea actos en Florida, Virginia, Ohio y New Hampshire, después de haber visitado ayer Ohio, Pennsylvania y Virginia.
Los candidatos se están esforzando al máximo para lograr el apoyo de los estados todavía indecisos que pueden darles la victoria, en una elección que se ha ido cerrando.
¿Cómo se vota?
El proceso de elección en EU es por voto indirecto lo que quiere decir que el voto que ejerce el ciudadano, es decir, el voto popular, es el que designa a los electores del Colegio Electoral que harán su voto electoral que designa directamente al presidente estadunidense.
Cuando los estadunidenses votan por un candidato presidencial y vicepresidencial en la boleta, realmente están votando por los electores del partido político (o candidato no afiliado) por el que fueron designados. Digamos así que un voto para los candidatos a Presidente y Vicepresidente nombrados en la boleta es un voto por los electores quienes son personas políticamente activos.
Para los 48 estados se aplica el winner-take it all, (ganador se lo lleva todo), donde todos los electores votan por el candidato que gane el voto popular, independientemente de qué tan cerca esté el margen de voto.
El otro sistema, conocido como el congressional district method (método de distrito del Congreso), se observa en los estados de Maine y Nebraska. En estos estados, los votos se reparte entre el voto electoral que va al ganador del voto popular en todo el estado y el voto del distrito electoral. El estado se divide en distritos electorales, cada uno con un voto electoral. El ganador del voto popular en cada distrito se le es concedido el voto electoral.
Cada estado tiene un número de electores igual al número de sus senadores (dos en cada estado), más el número de sus representantes de EU, que varía en función de la población del estado.
El Colegio Electoral incluye 538 electores, 535 por el número total de miembros del Congreso, y tres que representan a Washington DC. Un candidato debe recibir 270 para ganar.
El primer lunes después del segundo miércoles de diciembre, los electores se reúnen en las capitales de sus respectivos estados para designar oficialmente sus votos para el presidente y vicepresidente. Estos votos son enviados al presidente del Senado, quien el 6 de enero lee los votos ante ambas cámaras del Congreso. El ganador es juramentado en su cargo al mediodía del 20 de enero.