Hace más de 10 años la firma de investigación Gartner Inc., famosa por sus reportes sobre la influencia de las empresas de tecnología, lanzó una de las más polémicas predicciones en la industria. De hecho, desde 1999, la empresa atiza el fuego de los pronósticos al afirmar, categóricamente, que en lapsos de dos años, la mitad de las empresas en ese mercado desaparecerá.
Así lo hizo en 2001 su entonces presidente y director general, Michael Fleisher, al remarcar que los consumidores de soluciones y productos de tecnologías de información, sobre todo a nivel corporativo (es decir, grandes empresas que invierten millones en sistemas) deben tener cuidado con las firmas a las que contratan. La “desaparición” de las empresas que menciona, dijo, se debería a quiebras, fusiones o adquisiciones por otras compañías. Algo así pasó en su momento con HP, que compró a Compaq, por ejemplo. O la misma Compaq, que en el pasado había comprado a Digital.
“Los proveedores en los que más confías podrían ser absorbidos por otras empresas que, probablemente, querrían no hacer negocios contigo”, lanzó ominosamente Fleisher.
Eso fue algunos años antes de que el propio ejecutivo partiera a otro negocio y otra industria (desde 2005 es director de Finanzas de Warner Music).
En cierto modo, tuvo razón. Decenas, cientos, quizá miles de empresas han desaparecido desde entonces debido a los ciclos del mercado, a los errores en modelos de negocios y a la propia dinámica de la economía global.
Inclusive en México, nación tan poco dada al desarrollo de empresas en general, y de corte tecnológico en particular, hemos visto un desfile funesto de empresas del sector. Recuerdo, sobre todo, algunos de los llamados “integradores de sistemas”, o iniciativas de internet, como las que promovió Cemex con Puntocom Holdings, por ejemplo.
Esta reflexión viene a cuento por el momento que pasa Research in Motion (RIM), la firma canadiense mejor conocida por su producto estrella, la BlackBerry. Según algunos reportes, la empresa ha perdido millones de dólares en tanto su participación de mercado en las principales economías ha bajado. En algunos lugares, como en México y otras naciones emergentes, las BlackBerry siguen teniendo un gran appeal entre los consumidores, que prefieren sus prestaciones como el teclado y su sistema de mensajes sobre otros.
Sin embargo, es un hecho que la firma se está cayendo a pedazos y que en un futuro no muy lejano podría desaparecer. En su caso, no sería por fusiones o quiebra (a menos que alguien la compre o que la firma se declare quebrada). Más bien, su salida sería por la presión del mercado y por no innovar. Los culpables entonces serían firmas que se vieron más arriesgadas al invertir en investigación y desarrollo o al permitir una base más grande de colaboración externa y no aferrarse a sus sistemas propietarios.
Así, Google, que ni siquiera figuraba en el universo tecnológico cuando Gartner inició sus predicciones en los albores del milenio, es quien lleva mano actualmente en el mercado de la telefonía móvil. Los aparatos que utilizan Android, su sistema operativo, se venden en razón de cinco por cada iPhone, que es una de las estrellas actuales. Según IDC, otra firma de investigación, a nivel mundial, en el tercer trimestre de 2012 se vendieron 181.1 millones de unidades de teléfonos móviles. De ellas, 136 millones eran Android, casi 27 millones eran iPhones y apenas 7.7 millones eran BlackBerry.
Inclusive Microsoft, con sus fallidos lanzamientos, su extraña no-alianza con Nokia, y sus llegadas tarde al mercado, está en mejor posición que BlackBerry (aunque vendieron 3.6 millones de unidades en el mismo periodo) y podría sacar más jugo en la venta de móviles con Windows 8, su nuevo sistema operativo.
Quizá RIM no desaparezca como tal pero lo que es un hecho es que su tecnología y diseños están para llorar. Quienes utilizan una BlackBerry por cuestiones laborales lo saben perfectamente pues cada vez da más penita sacar en público el aparatito negro.