CIUDAD DEL VATICANO. Benedicto XVI y obispos católicos de diversas partes del mundo recolectaron un millón de dólares que serán donados a diversas comunidades de Siria para la atención de los afectados por la guerra civil que vive el país.

 

De acuerdo con el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el dinero fue recopilado por los asistentes a la apenas concluida asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, una cumbre que reunió en Roma a más de 250 prelados de diversas partes del mundo.

 

“La Santa Sede confía que dicha iniciativa, de naturaleza humanitaria y eclesial, contribuirá a aliviar la situación de cuantos sufren por la actual crisis y a empujar a las partes involucradas, como también cuantos tienen en el corazón el bien de Siria, en busca de una solución equitativa y pacífica del conflicto”, dijo.

 

Los detalles sobre la suma donada fueron dados en coincidencia con el anuncio que la Sede Apostólica se vio obligada a cancelar el viaje a Damasco de una delegación de alto nivel que debía llevar la solidaridad del Papa y la Iglesia católica con el pueblo sirio.

 

Lombardi explicó que la delegación deseaba manifestar “la conmovida cercanía espiritual a las comunidades cristianas del país, además de animar a quienes están empeñados en la búsqueda de una solución respetuosa de los derechos y los deberes de todos”.

 

Agregó que “diversas circunstancias y acontecimientos” impidieron la misión, aunque no precisó cuáles.

 

La visita había sido comunicada por el “número dos” del Vaticano, el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, la tarde del martes 16 de octubre ante el pleno del Sínodo de los Obispos.

 

En su discurso el purpurado había dado a conocer, incluso, los nombres de los componentes de la delegación la cual debía realizar una “visita relámpago” a territorio sirio en los días posteriores.

 

Con tantos detalles se pensó que la diplomacia vaticana tenía todo solucionado, especialmente en materia de seguridad. Pero no fue así. A la semana siguiente y en dos ocasiones diversas, el portavoz Lombardi debió informar del aplazamiento de la misión.

 

Por ello diversos observadores consideraron como un fracaso diplomático la cancelación del viaje, cuyo anuncio fue dado por el mismo Benedicto XVI este día en la Plaza de San Pedro.

 

En sustitución del grupo el Papa decidió mandar al cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum” (sección vaticana dedicada a la caridad), ya no a Siria sino a Líbano, en una visita que inició este día y se extenderá hasta el sábado 10 de noviembre.

 

El portavoz Lombardi afirmó que, entre otras cosas, el 9 de noviembre tendrá lugar en Beirut, bajo la dirección de Cor Unum, un encuentro de coordinación con las agencias católicas que operan en Siria y en los países cercanos, particularmente en el apoyo a los refugiados.

 

Explicó que la reunión identificará las mayores áreas de intervención y concordará un reforzado empeño de las instituciones católicas en la región, para acercarse a las necesidades de las poblaciones sirias.

 

“Desde el inicio de la crisis siria la Santa Sede intervino en diversas ocasiones por una solución pacífica del conflicto. El Santo Padre pidió repetidamente que se interrumpiese la espiral de violencia y se promoviese el camino del diálogo y de la reconciliación”, estableció.