Casi tres millones de menores de 18 años son migrantes internos quienes enfrentan cambios constantes de escuela y un mayor riesgo de abandono escolar. De hecho, la atención a niños migrantes e indígenas representa uno de los rubros pendientes para alcanzar la cobertura universal en educación básica.

 

A nivel nacional, prácticamente se alcanzó la cobertura universal en el nivel básico, con 98% de los niños en preescolar, primaria y secundaria en general, sin embargo dentro del 2% restante se encuentran los menores migrantes e indígenas, y así lo refieren las cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

 

Aunque la mayor parte de estos desplazamientos están asociados a la pobreza, en otros casos están también vinculados con el clima de violencia en algunas zonas del país.

 

Sus padres se mueven de una entidad a otra para buscar trabajo, por lo cual los menores cambian constantemente de escuela, incluso durante el mismo ciclo escolar, reprueban y abandonan la escuela con mayor frecuencia, explicó Héctor Robles, director de Indicadores Educativos del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación (INEE).

 

En entrevista, señaló que derivado de esta migración interna estos menores tienen menos años de estudio respecto a la población en general, ya que es recurrente en ellos la deserción o la reprobación en la escolaridad básica.

 

Los menores migrantes tienen en promedio 7.7 grados escolares, a diferencia de los 8.6 grados educativos (hasta tercer año de secundaria) de la población en general, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

 

La migración interna dentro del país se observa en las estadísticas del Consejo Nacional de Población (Conapo). En el año 2010 más de 2.5 millones de niños y jóvenes de entre seis y 17 años habían nacido en una entidad distinta al lugar donde residían.

 

En los siguientes años la cifra de dos millones y medio de niños en edad escolar crecerá debido a que se sumarán a la lista los más de 660 mil migrantes menores de cinco años.

 

En el Sexto Informe de Gobierno de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se publicó que prácticamente se alcanzó la cobertura universal en el nivel básico, con 98% de los niños en preescolar, primaria y secundaria en general, sin embargo dentro del 2% restante se encuentran las metas no alcanzadas en educación para migrantes e indígenas.

 

Para “contribuir a superar la marginación y el rezago educativo nacional de las niñas y niños en contexto o situación de migración atendidos en educación básica”, la Secretaría de Educación Pública (SEP) creó desde 2008 el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de Familias Jornaleras Agrícolas Migrantes (Pronim), como indica el documento del proyecto.

 

A tres años de su creación, dicho programa de la SEP alcanzó en 2011 una cobertura de 112 mil 841 niños migrantes, por lo que no se ha apoyado siquiera a 1% de los casi tres millones de menores en dicha situación.

 

Para este año la Secretaría de Educación destinó 149 millones al Pronim, siendo Sinaloa la entidad más beneficiada, ya que le otorgó 42 millones 343 mil pesos; seguida de Guerrero, con 15 millones 32 mil pesos, y Veracruz, con siete millones 878 mil pesos.

 

De los 700 mil hogares de migrantes internos 40.6% se concentra en estados como Baja California Sur (11.5%), Quintana Roo (10.9%), Colima (6.6%), Nayarit (6.1%) y Querétaro (5.5%), de acuerdo con las últimas estadísticas de Conapo, en 2010.

 

En tanto, las entidades que más población en este rango de edad expulsaron fueron el Distrito Federal, Estado de México, Veracruz, Jalisco y Puebla.