WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, invitó hoy a los líderes republicanos y demócratas en el Congreso a iniciar la próxima semana negociaciones para un acuerdo para la reducción del déficit público que evite el temido “precipicio fiscal”.

 

En su primera comparecencia en la Casa Blanca tras haber ganado la reelección, Obama invitó a esos líderes a dialogar en la residencia presidencial para “construir un consenso” y enfatizó que la prioridad debe ser “el empleo y el crecimiento”.

 

El presidente también afirmó que está “abierto a nuevas ideas” para llegar a un acuerdo sobre la deuda, pero reiteró que su plan contempla combinar recortes en el gasto con subidas de impuestos a los más ricos, algo a lo que se oponen los republicanos.

 

“Tenemos que combinar recortes de gastos con ingresos y eso significa pedir a los estadounidenses más ricos que paguen un poco más en impuestos”, subrayó Obama durante su comparecencia en la Sala Este de la Casa Blanca, en la que estuvo acompañado de su vicepresidente, Joe Biden, y no admitió preguntas.

 

El mandatario se declaró “abierto al compromiso”, pero también hizo hincapié en que no aceptará ningún plan de reducción del déficit que no sea “equilibrado”.

 

“No estoy casado con cada detalle de mi plan”, sostuvo antes de afirmar que las elecciones del pasado martes pusieron de manifiesto que “la mayoría de los estadounidenses” está de acuerdo con sus planteamientos.

 

Los estadounidenses “quieren cooperación, consenso y sentido común. Pero sobre todo quieren acción”, indicó Obama.

 

“Vamos a extender los recortes de impuestos a la clase media ahora mismo”, pidió el presidente al Congreso.

 

En esta primera comparecencia Obama dejó claro que su prioridad ahora es evitar el temido “precipicio fiscal” en el que entraría Estados Unidos si republicanos y demócratas no acuerdan en el Congreso medidas para reducir el déficit a largo plazo antes de que acabe el año.

 

Los republicanos controlan la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas son mayoría en el Senado, lo que obliga a un entendimiento entre los dos partidos para sacar adelante las leyes.

 

En ausencia de un acuerdo bipartidista, en enero entrarían en vigor recortes automáticos en el presupuesto y eso coincidiría con el fin de las exenciones impositivas del Gobierno de George W. Bush, algo que los expertos consideran que sería fatal para la primera economía mundial.

 

Poco antes de las declaraciones del presidente, el líder de los republicanos en la cámara baja, John Boehner, le instó a liderar las negociaciones para un acuerdo de reducción de la deuda que evite subidas de impuestos que, a su juicio, ralentizarán la creación de empleo.