Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard pusieron fin a una alianza electoral de 12 años para construir por separado su camino rumbo a 2018 a través de Morena y el PRD.

 

La alianza entre López Obrador y Ebrard se consolidó en la elección de 2000 a la jefatura de Gobierno del DF, cuando Ebrard, entonces candidato del Partido del Centro Democrático, declinó por López Obrador para que ganara el gobierno de la capital por un apretado margen frente al panista Santiago Creel.

 

A partir de entonces, el tabasqueño cobijó a Ebrard y le asignó la cartera de Desarrollo Social, cargo desde el que construyó su candidatura al GDF en 2006, cuando López Obrador lo impulsó como candidato del PRD a la capital, obteniendo el triunfo.

 

El distanciamiento entre ambos personajes empezó a hacerse evidente a partir de noviembre de 2011 con la definición de la candidatura presidencial de las izquierdas.

 

La ausencia de Ebrard a lo largo de la campaña presidencial fue elocuente. La relación se enfrió pero no hubo ruptura. Ebrard estuvo presente en el Zócalo durante el cierre de campaña y también en la impugnación de la elección presidencial.

 

El 9 de septiembre el tabasqueño dejó el PRD y para Ebrard no fue una sorpresa, sino algo “previsible”. A partir de entonces, cada uno tomaría su propio camino rumbo a 2018.

 

En la recta final de su mandato en el GDF, Ebrard ha orientado su trabajo a plantear una reforma amplia en el PRD ante la amenaza que representaba la transformación de Morena en partido político para sus aspiraciones presidenciales.

 

“Hay que refundar el partido y celebrar un congreso. ¿Qué nos puede llevar a hacerlo? La competencia con Andrés Manuel”, dijo Ebrard al periódico español El País, el pasado 24 de septiembre.

 

Por su parte, AMLO ha optado por manifestar su respeto hacia Marcelo a la hora de emitir una opinión ante las intenciones del jefe de Gobierno para dirigir al PRD o tomarse la foto con el presidente Felipe Calderón durante la inauguración de la Línea 12 del Metro.

 

La alianza había llegado a su fin, aun cuando los más cercanos colaboradores de López Obrador y Ebrard aseguran que ambos personajes siguen reuniéndose con cierta frecuencia.

 

“Su relación es inquebrantable”, sostiene el diputado Ricardo Monreal, ex coordinador de la campaña presidencial de las izquierdas.

 

López Obrador y Ebrard han dejado atrás la alianza de más de una década en aras de sus respectivas aspiraciones políticas. Sólo el tiempo dirá si sus caminos vuelven a coincidir para garantizar la unidad de las izquierdas.