El diario The New York Times hizo mofa del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, debido al conflicto que prevalece entre esta ciudad y la República de Azerbaiyán, causado por la instalación de una estatua del finado dictador azerí Heydar Aliyev en la avenida Reforma.

 

“Cuando el verano pasado el alcalde inauguró un bonito y pequeño jardín con una gran estatua en un rincón del céntrico parque de Chapultepec, parecía un paso más en dirección a mejorar la calidad de vida en esta ciudad imposible, pero una búsqueda rápida en Google le hubiera ahorrado lo que pasó después”.

 

Heydar Aliyeb -cuya estatua comparte el parque con las figuras de Churchill y Ghandi- gobernó Azerbaiyán de 1969 hasta 1982 y de 1993 a 2003; fue dirigente de la KGB, jefe del Partido Comunista y, durante su mandato, hubo graves violaciones a los derechos humanos y se suprimió la democracia en Azerbaiyán. La colocación de su estatua en Chapultepec (con fondos de aquella nación y de México) desató protestas de políticos, activistas, académicos e intelectuales, que exigen que la estatua sea removida.

 

En un editorial, el periódico neoyorkino hace énfasis en la intención de Ebrard de convertir a la Ciudad de México en una capital del “nuevo mundo”, legalizando el aborto y los matrimonios del mismo sexo, promoviendo programas de renta de bicicletas y creando jardines urbanos, “lo que lo hace parecer más un alcalde de alguna capital escandinava que de una megalópolis latinoamericana”.

 

“Esta es una ciudad liberal, una ciudad que no tiene nada que ver con una dictadura -dijo Ebrard en entrevista-. Nosotros creemos en la democracia y los derechos humanos. (Colocar la estatua) fue un error, y nosotros debimos evaluar que esto sería problemático”.

 

The New York Times menciona que Ebrard ha buscado una manera de paliar los daños ante el inminente fin de su gestión: el mes próximo entregará el control de la ciudad a su sucesor, Miguel Ángel Mancera, quien ganó las elecciones gracias a la alta aprobación ciudadana que logró el gobierno de Ebrard.