Un nuevo brote de ébola fue confirmado el miércoles en un distrito situado a 60 kilómetros (40 millas) de la capital ugandesa de Kampala, un mes después de que Uganda se declarara libre de ébola tras el brote en un remoto distrito del oeste del país; decenas de ugandeses fueron aislados hoy para evitar la propagación de un brote de ébola que ha matado ya a tres personas.
Uganda ha sufrido un aumento en los brotes regulares de la mortal enfermedad pese a los esfuerzos de las autoridades sanitarias.
El mes pasado, por lo menos cinco personas murieron en un distrito meridional de Uganda a consecuencia de la fiebre hemorrágica de Marburgo, un mal similar al ébola.
El último brote de ébola, dijeron las autoridades, es de la de cepa de Sudán y no está ligado al anterior, de la variedad del Congo, que mató en julio y agosto por lo menos a 16 personas en el distrito occidental de Kibaale. Además de las tres muertes del último brote, otras 15 personas son vigiladas ante su posible contagio, dijeron las autoridades. Los funcionarios volvieron a insistir que no debe cundir el pánico tras circular la noticia de que dos posibles pacientes de ébola acudieron al hospital principal de Campala.
“El Ministerio de Salud pide una vez más al público que mantenga la calma, ya que todas las medidas posibles han sido adoptadas para controlar la situación”, dijo la ministra de salud Christine Ondoa.
La fiebre de ébola es temida especialmente en Uganda, que ha sufrido múltiples brotes en los últimos años, y noticias de su reaparición hacen que muchas personas acudan a los hospitales para evitar contraerla. En el 2000, la dolencia infectó a 425 ugandeses y mató a más de la mitad de ellos en el norte del país. Otro brote en el 2007 mató a 37 personas en Bundibugyo, un distrito remoto cercano a la frontera con el Congo.
El Ebola en una dolencia altamente infecciosa y mata con gran rapidez.