El buen fin. Un concepto interesante que puede tener varias acepciones.
“Un buen fin” de semana para aprovechar ciertas condiciones de mercado para hacerse de ciertos bienes de consumo. “Un buen fin” para firmar deudas longevas que podría ser el inicio de un mal fin en las finanzas familiares.
También podría entenderse como “un buen fin” de año para ayudar a reactivar la economía nacional por la vía del consumo.
Cualquiera de estas acepciones es válida, por ello es pertinente resistirse al embrujo hipnótico del consumismo contemporáneo para no caer en una irresponsabilidad que desquicie las finanzas personales.
Para que El Buen Fin sea efectivamente un impulso a la economía nacional por la vía del consumo el público debe ser cauto. Adquirir sólo lo necesario con una buena planeación financiera a fin de no adquirir deudas onerosas prorrateadas que “hipotecarán” su ingreso y el adelanto de su aguinaldo en un sin fin de meses.
También deberá ser responsable en adquirir productos originales en vez de artículos ilegales o piratas, ya que el consumo de productos de procedencia ilícita afecta seriamente la economía nacional, y sería tanto como desviar un “buen fin” hacia “malos fines”.
En los últimos años, American Chamber of Commerce Mexico (AmCham) ha analizado el fenómeno de la piratería desde varias aristas. Si bien es cierto, los consumidores son conscientes de que comprar productos piratas constituye un acto ilegal, también encuentran en el consumo de dichos productos una forma de apoyar su economía. Se trata de un círculo vicioso de consecuencias serias para la sociedad.
La AmCham ha tomado un liderazgo importante para apoyar, desde el interior y en sinergia con las empresas que forman parte de su membresía, las acciones que Iniciativa privada y gobierno federal han emprendido para su combate y prevención.
En fin, hay que prepararse para recibir El Buen Fin con la seriedad, alegría y conciencia necesarias para que signifique, en todos los aspectos, para todo el país, todas las empresas y toda la población, un “buen fin” de oportunidades y no un “sin fin” de calamidades.
En fin… El Buen Fin debe ser una ocasión para consumir de manera responsable. No adquirir deudas a cambio de adquirir artículos no indispensables cayendo en la trampa de los meses sin intereses.
Debe ser considerada una buena oportunidad para fondear la adquisición de artículos necesarios pero de calidad, con garantías, con el respaldo del fabricante y del establecimiento.
Me atrevería a sugerir que El Buen Fin debería ser una oportunidad para que la sociedad le dé la espalda a la economía informal. Ahí donde se expenden con una alegría obscena y bajo el amparo de la vista gorda de la autoridad mercancías robadas o falsificadas.
Mercancías hasta peligrosas, como las series de foquitos navideños de mala calidad. Esas de fabricación dudosa que son responsables de incendios por no contar con un diseño correcto.
La AmCham, a través de su comité de Propiedad Intelectual, ha estado realizando diversas acciones de entrenamiento a la Policía Fiscal orientadas a optimizar el reconocimiento de mercancías piratas en las aduanas.
Qué bueno que la Iniciativa Privada a través de sus representaciones camerales encabece actividades orientadas a abatir la alegre llegada de mercancías falsificadas, ilegales… peligrosas… lesivas para la economía e incluso para la integridad del consumidor.
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