Silvano Aureoles, coordinador de la bancada del PRD en la Cámara de Diputados, consideró que la renuncia de Cuitláhuac Salinas, a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (SEIDO) , será posiblemente el último “negrito en el arroz” de la administración de presidente Felipe Calderón.

 

“Por lo menos se hubieran (PGR) esperado otros quince días para que éste no fuera otro prieto más en el arroz”, señaló.

 

Consideró que no le va bien al presidente esta salida de la SEIDO, cuando su discurso se centró en que había que hacer una limpia de los cuerpos policiacos y fue ésta su gran crítica a los gobiernos estatales porque “nunca lo hicieron.”

 

A quince días de que termine el sexenio, renuncian al el zar antidrogas por estar infiltrado por el crimen, deja en claro que “entonces ahí también no sirvió de nada” la guerra implementada, que suma miles de muertes por la violencia desatada, señaló el legislador.

RIDÍCULO QUE GOBIERNO PANISTA REPARTA CULPAS POR SU LUCHA ANTINARCO

Felipe Calderón, quien se va de la Presidencia el próximo 1 de diciembre, deja un país en crisis y eso se reflejó en las urnas, donde recibió el “cobro de factura” por parte de los mexicanos, aseguró el líder perredista en San Lázaro.

 

Aureoles fustigó: “Hoy el país, además de todos los problemas que arrastra desde hace 30 años, hay que sumarle el de la violencia, que esa fue la cereza del pastel de este sexenio; 100 mil muertos”.

 

En ese sentido, rechazó los señalamientos de Alejandro Poiré, secretario de Gobernación, quien en su comparecencia ante la Comisión de Gobierno, hizo corresponsable al poder Legislativo de los costos de la lucha contra el narcotráfico.

 

“Es una estrategia ridícula de repartir culpas porque creo que el Congreso hizo su parte dándole las leyes que necesitaba, las reformas que necesitaba o que pedía el gobierno; que incluso, por cierto, han hecho mal uso de ellas”.

 

Aureoles cuestionó que Calderón, al asumir la Presidencia del país, no consultó a nadie sobre la lucha contra el crimen organizado, sino que vestido como soldado, hizo un despliegue militar y policiaco en Michoacán, “y en ese contexto declaró la guerra al crimen”.

 

“¿A quién consultó, con quién acordó? Cuando la Constitución dice que para declarar una guerra se requiere autorización del Congreso y él la declaró nada más por sus pistolas y ahí está el resultado”.