SAO PAULO. En Brasil se vivió otra jornada violenta en medio de la ola de criminalidad de las últimas semanas, con la muerte de al menos trece personas entre la noche del domingo y la madrugada de hoy, según las autoridades.

 

En el municipio de Taboao da Serra, en la región metropolitana de la mayor ciudad brasileña, seis personas, la mayoría menores de edad, fueron tiroteadas por desconocidos y tres murieron.

 

En la favela Minhoca, en la zona sur de la ciudad, un hombre y una mujer murieron al ser tiroteados por individuos que se movilizaban en un automóvil y dispararon contra el grupo en el que estaba la pareja.

 

También en el vecino barrio de Capao Redondo otras tres personas perdieron la vida en un enfrentamiento con la Policía, que realizaba una operación vial de requisas.

 

Un joven de 22 años fue asesinado a la entrada de una panadería por hombres que se desplazaban en una motocicleta en el barrio de Vila Jacuí, mientras que los otros casos con víctimas mortales ocurrieron en el barrio de Perús y en los vecinos municipios de Osasco, Itapeví y Guarulhos.

 

Otras dos personas fueron heridas por desconocidos en el centro de la ciudad.

 

Con las muertes de la madrugada de hoy, el número de asesinatos registrados durante el fin de semana se eleva a por lo menos 23, de los cuales doce fueron perpetrados en circunstancias similares por pistoleros que se movilizaban en motocicletas o automóviles.

 

Desde inicios de octubre, una ola de violencia sacude el principal núcleo urbano de Brasil y se ha cobrado la vida de unas 300 personas, según datos extraoficiales porque las autoridades no divulgan cifras consolidadas de la violencia urbana.

 

Además, en lo que va de año más de 90 policías, muchos de ellos fuera de servicio, han sido asesinados.
Las autoridades sospechan que detrás de estos sucesos está el Primer Comando de la Capital (PCC), una organización delictiva dedicada al tráfico de drogas y armas nacida en 1997 en el interior de las cárceles del estado de Sao Paulo y con ramificaciones en todo el país.

 

Según los analistas, las represalias del PCC ante los operativos policiales y la acción de grupos paramilitares conocidos como de “exterminio” o “milicias” han desencadenado los atentados contra transeúntes, agentes policiales y autobuses del servicio público.