Juan José Suárez Coppel, director General de Petróleos Mexicanos (Pemex), ha propuesto convertir a la petrolera de todos los mexicanos como una empresa rentable y competitiva a través de un esquema similar al de Banco de México (Banxico), Petrobras o Saudi Aramco.

 

Para el nuevo gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, presidente a partir del 1 de diciembre, es primordial la aprobación de una reforma energética, porque México es una nación basada su economía en el petróleo, señala Salvador Barragán Heredia, investigador de la Universidad Anáhuac del Sur.

 

“Esta reforma estará orientada a que el Estado ni pierda la propiedad de la empresa, pero sí favorecer a que haya mayor participación del sector privado”, revela Peña Nieto durante una entrevista publicada por la revista Forbes, como portada de su número cero en México.

 

“Hay que romper con el paradigma que se tiene, a veces cargado de cierto contenido ideológico, y reconocer que en muchos ámbitos ha sido posible desarrollar mayor infraestructura con la participación del sector privado”, agrega el mandatario.

 

“La actividad petrolera es el sector que sostiene a la economía mexicana y el tema energético es el más importante para arrancar el gobierno de Enrique Peña Nieto. Todo eso se vuelve lógico cuando vez que México tiene las condiciones climáticas y energéticas para aprovechar su potencial”, señala el investigador de la Anáhuac a 24 HORAS.

 

Explica que el gobierno mexicano requiere cambios en los ordenamientos jurídicos, ya que detonan que el capital privado genera una mayor fuerza en la actividad económica. Sin embargo, es muy difícil medir cuál sería el modelo más económico, si Petrobras o Saudi Aramco, Statoil o Banxico.

 

“Petrobras o Saudi Aramco son modelos muy diferentes en su sistema jurídico, en los resultados, así como es muy difícil comparar y determinar cuál es el modelo adecuado. Además, Petrobras no tiene gran riqueza natural, cuando Saudi Aramco si tiene esa riqueza”, menciona el catedrático.

 

Convertir a Pemex como una compañía similar a la árabe Saudi Aramco: “Sí es un modelo energético viable para México por ser estatal y su naturaleza jurídica la hace comparable a Pemex, pero no deseable porque generará corrupción, poca transparencia y no ha permitido la reducción de pobreza”, dice.

 

El investigador recuerda que el reino de Arabia Saudita impulsó una reforma energética para sacar a flote a Saudi Aramco, antes de ello era una nación que estaba muy desinteresada por el petróleo y la realidad que vive es la consecuencia y visión de sus líderes.

 

“Ninguna nación en el mundo tiene reservas petroleras probadas como Arabia Saudita. Ninguna tiene tanta producción, pues uno de cada 10 barriles que se consumen en el mundo es árabe. No hay otra nación el mundo con el calibre de una empresa petrolera como Saudi Aramco, que es moderna y competitiva”, añade.

 

El analista puntualiza que la compañía árabe suscribe acuerdos con otras empresas petroleras, así como construyen alianzas en sectores como la refinación, producción, transporte de petróleo.

 

La semana pasada, 24 HORAS informó que Pemex coopera científica y técnicamente con Saudi Aramco, además de recibir entrenamiento para la operación de plantas. Lo anterior es parte de un memorándum que firmaron ambas empresas el 7 de noviembre de 2008 y que tiene una vigencia de cinco años.

 

Jordy Herrera Flores, secretario de Energía (Sener), respalda la propuesta del director de Pemex de convertir en a la empresa mexicana como la árabe.

 

El encargado del sector energético mexicano aseguró que la paraestatal puede abrirse al sector privado para mejorar la rentabilidad, sin que el Estado pierda el control de la empresa.

 

El modelo más indicado para la petrolera, dijo Herrera, es el de Saudi Aramco, el cual le da al gobierno más capacidad de decisión, a diferencia de Petrobras, el ejemplo más común que se utiliza para hablar del cambio de fondo de la paraestatal.

 

“¿Por qué no es un modelo de adecuado?”: se cuestiona a si mismo Salvador Barragán Heredia y responde: “No fueron capaces de disminuir la pobreza, es una nación altamente corrupta y todas sus utilidades del petróleo son enviadas al gasto corriente del aparato gubernamental”.

 

“Tampoco no es un modelo adecuado, porque existe una alta dependencia del presupuesto con el petróleo y ninguna otra actividad económica tiene importancia como el crudo. México en contraste busca potencializar otros sectores económicos, incluso le apuesta por energía limpias.

 

“Pero México requiere alianzas con otras petroleras y la integración de contratos de riesgo, que en 1960 se prohibieron y ahora todas las petroleras estatales o privadas en el mundo lo tienen permitido”, precisa Barragán Heredia.

 

Comenta que es muy importante la participación del poder legislativo para hacer cambios constitucionales, pero muchos de los partidos políticos tienen intereses populares, y eso lesiona y lastima las decisiones.

 

“El desafío de Petróleos Mexicanos y de cualquier otra empresa es modificar sus esquemas normativos y jurídicos, corporativos o esas partes sensibles de la empresa. Sin embargo, ese cambio les genera acciones positivas como nuevas visiones, oportunidades y formas de atacar los problemas”, señala el académico.

 

El modelo adecuado es Petrobras, ya que es una empresa de participación mixta, ha reducido el porcentaje de pobres en Brasil, así como crece en una economía que dejó de ser emergente, dice.

 

“Petrobras es una empresa que ha realizado cambios desde 1995, principalmente en la novena enmienda a la Constitución y permitieron la inversión privada rompiendo el monopolio del petróleo. Me parece que esos cambios realizados por el gobierno brasileño, les permitieron aumentar exponencialmente la producción de petróleo”, detalla Salvador Barragán.

 

Peña Nieto adelanta en la entrevista con Forbes que de inicio la paraestatal no saldrá con una oferta pública inicial en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV): “México, antes de dar ese paso debería consolidar la empresa hacerla crecer y potencia su capacidad para evitar que se malbarate la colocación”, explica.

 

“Una vez que tengamos una empresa con mayor tamaño y consolidada, quizá habrá que dar un paso a un escalamiento en ese crecimiento para la participación del sector privado y la colocación en la BMV”, expone el mandatario electo.

 

“Yo pensaría que ésa es una opción y que el modelo brasileño, sin duda, será un referente para lo que eventualmente hagamos en México. Pero no de inicio. Yo lo pensaría más adelante no puedo anticipar si correspondería a este gobierno, quizá algo que venga en el futuro”, agrega el ex gobernador del Estado de México.