PARÍS. Jean-François Copé se ha convertido en el nuevo líder de los conservadores franceses tras auparse a la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) con un discurso que reivindica la “derecha sin complejos”, confeccionado para seducir al ala más tradicionalista de su partido.

 

El nuevo presidente de la UMP ha logrado desbancar -contra pronóstico y por un estrecho margen de 98 votos sobre 174 mil 678 sufragios de los militantes- al ex primer ministro François Fillon, posicionado en el centro-derecha y con más predicamento entre los simpatizantes conservadores que entre las bases del partido, llamadas a votar.

 

“La derecha sin complejos ha vuelto”, lanzó Copé a sus acólitos para reivindicar su victoria “in extremis” y tras protagonizar, junto con Fillon, un proceso electoral en el que ambos contendientes denunciaron irregularidades y vertieron duras acusaciones a través de sus allegados en los dos días que duró el escrutinio.

 

La receta de Copé para hacerse con los mandos de la UMP ha consistido en reivindicar la herencia política del expresidente Nicolas Sarkozy, baluarte de una derecha sin tabúes, pero sin soslayar la cercanía que transmite el exjefe del Estado Jacques Chirac, además de apoyarse sobre postulados muy cercanos a los del ultraconservador Frente Nacional (FN).

 

La escena que mejor ilustra esos fundamentos, tildados de populistas y xenófobos por la prensa crítica, fue la denuncia de Copé sobre la existencia de un “racismo antiblanco” en Francia, retomando el vocabulario del Frente Nacional.

 

Nacido hace 48 años en Boulogne-Billancourt, a las afueras de París, como el mayor de tres hermanos en el seno de una familia compuesta por una madre de origen argelino y un padre médico de origen judío rumano, el primero de los retos de Copé al frente de la UMP pasa por unificar el partido tras una guerra fratricida.

 

Las luchas internas para liderar la formación, muy dividida, han llevado a muchos analistas a situar a Sarkozy como el gran nombre capaz de volver a aunar las sensibilidades tradicionalistas de cara a las elecciones presidenciales de 2017.

 

El nuevo rostro de referencia de los conservadores franceses, educado como tantos otros líderes galos en la universidad de Sciences Po (ciencias políticas) y la Escuela Nacional de Administración (ENA), atesora una nutrida carrera política.

 

“Chiraquista” de base y al frente de diferentes responsabilidades en la extinta formación RPR, Copé se estrenó como diputado entre 1995 y 1997, cuando se convirtió en profesor de Economía y Finanzas en la Universidad París III y posteriormente en miembro del consejo de vigilancia del banco Dexia.

 

Entre 2002 y 2005, ejerció como portavoz del Gobierno del entonces primer ministro Jean-Pierre Raffarin, Ejecutivo en el que también ocupó responsabilidades de secretario de Estado de relaciones con el Senado o de ministro delegado del Interior y de Presupuesto.

 

En 2007 se reconvirtió en abogado para entrar en la plantilla del exclusivo despacho Gide Loyrette Noue, mientras ejercía como presidente de la UMP en la Asamblea Nacional, aunque abandonó la práctica jurídica privada cuando asumió las funciones de secretario general de su partido en noviembre de 2010, tarea que ha compaginado con su escaño de diputado.

 

Copé, que se declara “judío no practicante”, está casado en segundas nupcias desde hace un año con Nadia Hemana, con quien tiene una hija. Además es padre de otra niña y dos niños concebidos durante su anterior matrimonio con Valérie Ducuing. EFE