El único terreno donde 1 + 1 = 2 es en el territorio de las matemáticas. En las llamadas ciencias sociales uno más uno puede dar como resultado el número que usted quiera.

 

Resulta simpático, por decir lo menos, escuchar a los “eruditos” del internet y las redes sociales asegurar, con impunidad diabólica, que el proceso de comunicación ha cambiado en la era digital. Que se ha revolucionado.

 

En ese sentido, hago público mi desacuerdo. Y es que pienso que el proceso de comunicación sigue siendo el mismo, explicado de manera elemental con la fórmula: Emisor-Mensaje-Receptor y la retroalimentación del último con el primero.

 

Es innegable que tanto internet en lo general, como las redes sociales en lo particular, han llevado a la velocidad de la inmediatez la difusión de información hacia una determinada o varias audiencias, sin que ello implique que la gente se enganche a la intención del mensaje lanzado por el emisor.

 

Lo anterior equivale a predicar en medio del bullicio del Estadio Azteca lleno y decir que impactamos a 100 mil personas con cada enunciado que gritemos.

 

Por ello digo que el problema no es explicar numéricamente que el mensaje enviado por A va a ser visto por B quien tiene 500 followers, y por C que tiene mil, y por D que tiene a su vez cinco mil… y así casi hasta el infinito… el desafío es demostrar que una estrategia de comunicación online será eficaz para que esa cantidad -casi astronómica- de seguidores se enganchará con los mensajes emitidos en un proceso de comunicación real.

 

En efecto, estamos hablando de muchas cifras: Un amplio número de followers, una copiosa rotación de mensajes en redes sociales, un nivel determinado de alcance de audiencias clave… pero el fondo sigue siendo el factor humano, la ciencia social, el interés del público. No son followers. Son personas con cerebro, sangre y corazón.

 

El posicionamiento de una marca se construye. Y para ello la comunicación a través de medios es estratégica con ayuda de diversas herramientas: como la publicidad, el marketing, las relaciones públicas, activaciones BTL… En este contexto internet no vino a revolucionar nada. Sólo dio a luz a una nueva plataforma de información, generación y difusión de conocimiento, y de comunicación que exige entender a la audiencia como lo que es: Gente con motivaciones, intereses, gustos, filias y fobias.

 

Las marcas, los estrategas 2.0 -como se hacen llamar quienes recurren al maquillaje de la sofisticación-, los profesionales en comunicación deben considerar a las audiencias de Twitter, por ejemplo, no como followers, porque no son bits y bytes que se moverán ciegamente a partir de un mensaje, son cerebro, sangre y corazón que responden a una sofisticación mayor.

 

Son muchas las marcas que han gastado -que no invertido- muchísimo dinero en campañas digitales fallidas. Tácticas que han ensombrecido los valores cualitativos de una buena estrategia de comunicación online.

 

Para quienes me lo han preguntado, Rock 101 -www.rock101online.mx- es una estación online que combina lo mejor de dos mundos: la radio y el poder de la plataforma llamada internet. Es dirigida por Luis Gerardo Salas y transmite música alternativa de vanguardia e innovadora -nueva, no tanto y clásicos del rockn’roll que explican las nuevas expresiones musicales-, bajo un leitmotiv innovador de comunicación.

 

Este concepto ha mostrado ser muy eficiente como vehículo de difusión de mensajes pues, el diálogo e interacción entre los contenidos de la estación y la audiencia es inmejorable pues amalgama la comunicación con los intereses naturales de una comunidad que campea entre los 20 y 45 años y que es reunida por la música de alto valor estético, por la vida cultural y por el espectáculo underground de México.

 

Se trata de un outlet digital alternativo al delirante huracán desatado por el aleteo del FM y a la asfixiante, invasiva y burda difusión comercial en redes sociales que detona el bullicio en sordina que aleja a la audiencia de la comunicación comercial digital.

 

jc@r101ck.mx |  @jcmrock101