Debido a la indiferencia de autoridades estatales y federales, el alcalde de Indé, Durango, Ernesto Núñez, solicitó al gobierno de Estados Unidos medidas de protección, luego de que un comando intentara secuestrarlo el pasado domingo, ataque que dejó ocho muertos.
Reveló que ya realiza trámites ante el Consulado estadunidense, “con la esperanza de que intervengan en el caso”, toda vez que el pequeño de cuatro años que murió es ciudadano norteamericano.
En entrevista con 24 HORAS, el edil cuenta que a cinco días del ataque, ni el Ejército, ni la Marina, ni las policías estatales han implementado acciones para garantizar su seguridad. De hecho, él mismo ha puesto a salvo a si familia, fuera de Durango.
Núñez denuncia que las autoridades de Durango tampoco investigan la desaparición de su hijo de 20 años, la de su hermano y la de tres de sus sobrinos a quienes sus atacantes se llevaron secuestrados. “Nada ha habido, no veo ninguna acción de ninguna parte de gobierno, parece que los gobiernos tienen las manos amarradas”.
Respecto al móvil del ataque en su contra, reconoce que en enero pasado comenzó a recibir llamadas a su celular y a la presidencia municipal, para presionarlo, a fin de que no llamara al Ejército, para que no les diera combustible y para que no pidiera fuerzas federales.
Y aunque dice que quienes asesinaron a sus sobrinos son delincuentes, no puede identificarlos dentro de una organización criminal en específico, porque “nunca me he preocupado por saber de esas cosas”.
“Y ahora que necesitó de los soldados, ya ahora no hay nada. Pienso que el Ejército también es títere de la delincuencia”, expresa.
Nuñez pensó que algún día le cumplirían las amenazas y que lo matarían a él, pero no a su familia.
“Pensé que me matarían saliendo de la presidencia municipal, en la orilla del pueblo, por la carretera, pero no que también mataran a mi familia”, dice.
El alcalde tampoco entiende la saña empleada contra su familia y se cuestiona las “ventajas” de haber ganado la elección de julio de 2010.