“Lo escribí porque era parte de un proceso de sanación, porque estaba bien enojado con todo con lo que viví allí” declara Luis Lassén, autor del libro Laguna Negra, que se presenta en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

 

En esta obra, retrata con mucho de autobiográfico, lo que se vive en los caseríos de Puerto Rico, equiparables con las ciudades perdidas, las vecindades, las favelas, las villas de emergencia.

 

Es decir, los barrios marginales de Latinoamérica, de los que para sobrevivir la única opción es salir.

 

Cuenta que Manolo Villalba, el joven protagonista de la historia, surgió porque en sus estudios de literatura latinoamericana nunca leyó un libro con el cual se identificara. Entonces puso su atención en ese sector de la juventud de San Juan, en condiciones de extrema pobreza.

 

Donde la marginación, la falta de oportunidades y de lo material que se sobrepone a la educación generan un patrón de violencia. “Mucha gente recurre a lo más fácil y la educación pasa a un tercer plano o ni siquiera está en sus aspiraciones”, comenta.

 

Para Luis Lassén, la educación es la herramienta mas importante que una persona pobre pueda tener. Con educación se refiere a la universitaria, con obtener una profesión y ejercerla, sin embargo el autor no menciona las causas por las que la juventud no atiende esa instancia como primordial. La tasa de desempleo, la cobertura educativa, las ofertas laborales son parte del silencio.

 

El título de su primera obra, comenta, proviene de su infancia, de cuando salía al balcón a contemplar la luna reflejada en una laguna de aguas negras. Esos momentos le permitieron soñar otras cosas, con salir de ahí y eso se convirtió en la característica del personaje principal: “Nunca deja de soñar, el sigue soñando por lo que quiere que es un futuro mejor”.

 

“Cuando eres pobre tienes que trabajar cien veces mas duro”, declara. Cuando se le pregunta sobre la condición de los latinoamericanos en Estados Unidos, él abunda “el norteamericano tiende a vernos como si fuéramos menos que ellos, y eso es una realidad, pero nos toca a nosotros educarnos… mejorar el estereotipo”. Con 50 millones de latinoamericanos en el país vecino, “para la proporción que tenemos, es para que hubiera más latinos en el poder. Y lo hemos demostrado en estas elecciones… fue gracias al poder latino” agrega.

 

Influenciado por Reynaldo Arenas, Octavio Paz (porque él todo lo resuelve con el amor), Gabriela Mistral y Julia de Burgos, comenta que actualmente en su gusto literario se encuentran la mexico-norteamericana, Sandra Cisneros y el dominicano, Junot Díaz. Sin embargo su acercamiento con la letras fue casual. Empezó por un contacto familiar con las novelas románticas de Corín Tellado. Fue en la preparatoria donde se enamoró de la literatura y encontró que “las palabras tienen un poder que puede transformar vidas, si las usas correctamente”.

 

Como testigo en su historia personal, el escritor también responsabiliza a los medios de comunicación por embellecer y otorgar cierto éxito a la figura del narcotraficante, lo que a su juicio conlleva a la juventud a no tener ningún valor por la vida, por eso su alter ego, como lección moral, comprendió que la vida resulta, en esas circunstancias, muy frágil donde o terminas en la prisión o en el cementerio. “El punto es saber cuál es tu realidad, diferenciar cuando estás fantaseando y cuando es un sueño por el cual tienes que luchar” sentencia.

 

Título: Laguna Negra

Autor: Luis Lassén

Editorial: Mirta