EL CAIRO. El club de jueces y varios tribunales de justicia mostraron su rechazo a la decisión del presidente egipcio, Mohamed Mursi, de situarse sobre la ley y blindar sus poderes tras su decreto constitucional del jueves, con la intención de e esquivar al poder judicial en la redacción de la nueva Constitución.
Varios de ellos se sumaron a la las protestas en la plaza Tahrir, en El Cairo, tras la reunión emergente del club de jueces, la principal asociación de magistrados del país, de suspender el trabajo de todos sus afiliados en tribunales y fiscalías y expulsar a quien no secunde el paro.
En un comunicado, la organización instó al Consejo Supremo de la Justicia, máximo órgano de gobierno de la judicatura, a que “retire la confianza” a quienes no detengan su trabajo, a la espera de que Mursi dé marcha atrás de “inmediato” y anule su declaración constitucional y revierta la destitución del polémico fiscal general, Abdelmeguid Mahmud.
Morsi es el primer presidente civil de Egipto electo democráticamente, defendió ayer sus nuevos poderes y acusó a “elementos” del derrocado régimen de Hosni Mubarak en el poder judicial de pretender bloquear el progreso político del país.
En su acta constitucional, Mursi se otorgó la potestad de cesar al fiscal general, lo que hasta ahora era una prerrogativa judicial, y reemplazó a Mahmud, criticado como un resabio del régimen de Hosni Mubarak, por el juez Talaat Ibrahim.
En los escasos cinco meses que lleva como presidente Mursi ya se ha topado en dos ocasiones anteriores con los jueces, y en ambas salió malparado. En julio, el presidente ordenó la restauración de la Cámara baja, que había sido disuelta por el Tribunal Constitucional, para tener que dar marcha atrás solo tres días después, enmendado por la más alta corte del país.
De igual forma, ya intentó destituir al fiscal general en octubre, enviándolo como embajador al Vaticano, para luego rectificar a las 48 horas, tras comprobar que el movimiento no era legal.
El propio Mahmud habló hoy ante la asamblea general del Club de Jueces, entre gritos de “¡ilegítimo!” referidos a Mursi, y anunció que piensa recurrir ante los tribunales la orden del presidente.
Otra asociación de jueces minoritaria y vinculada a los Hermanos Musulmanes, el Movimiento de Jueces por Egipto, anunció en cambio su respaldo a la declaración constitucional, porque esta “apoya la estabilidad del país y fortalece la seguridad y la integridad del país”.
Cuando parecía que había pasado el tiempo de las manifestaciones masivas y las acampadas en Tahrir, la polarización del país entre islamistas y las fuerzas laicas, liberales y revolucionarias ha recuperado escenas propias del pasado.
Decenas de tiendas de campaña continúan instaladas en la emblemática plaza cairota a la espera de que el próximo martes se celebre una nueva manifestación multitudinaria. (EFE y Notimex)