La tristeza y pánico que invadió a muchos estadounidenses por el anuncio de los pastelillos americanos Twinkies cayó de peso para los vecinos del norte. Aunque se entreveían posibles inversionistas para revivir a la firma Hostess, parece que el cierre es definitivo.

 

Por fortuna, la producción y distribución en México continuará a través de la panificadora más grande del país y del mundo, Bimbo. Sin embargo, esta noticia que traspasó fronteras y llenó de nostalgia los pasillos de la redacción, que se propuso rendir  un pequeñísimo homenaje a esas marcas y pastelillos que desaparecieron de las misceláneas y calles mexicanas. Aquí algunos de los más recientes:

 

Danesa 33

Fabricante de productos lácteos, pero más conocido por sus heladerías, la firma de Lagos de Morena, Jalisco tuvo una gran expansión de locales entre 1970 y 1980 hasta que fue adquirida por la firma de alimentos suiza Nestlé, en 1988, que decidió retirarla gradualmente del mercado mexicano aunque mantuvo el color azul en sus diversas ofertas de helados.

 

Pero en Saltillo, Coahuila, una familia se negó a derretir la marca y actualmente tiene un local llamado Helados Danesa 33-Cuicli, toda una tradición en aquella ciudad con más de 40 años. Habrá que visitarlo.

 

 

 

Flippy

Flippy fue un pastelillo en barra similar a los twinkies, aunque se  vendía una sola pieza. Su éxito fue grande entre 1980 y 1990. Poco a poco, el delfín que ilustraba al pastelillo fue retirado y finalmente descontinuado después de la compra de Gamesa por parte de Grupo Pepsico, en 1990. La compañía nació en Monterrey entre 1921 y 1925 como La Industrial, fabrica de galletas y pasta, S.A. por Alberto Santos González.

 

 

 

 

 

Madalenas Bimbo

Aunque su producción continúa en Argentina -más parecidos a pequeños panquecitos- en México dejaron de existir a finales de los noventa. Nadie sabe el porqué de la decisión, pero en años siguientes concretó diversas adquisiciones de marcas panificadoras que quizá influyeron previamente: Tía Rosa, Wonder, Sara Lee y las panaderías El Globo.

 

 

 

 

Otros, que no dejaron rastro fueron la panificadora Patylú, que ofrecía unas trenzas increíbles y unas donas con una dura cubierta de chocolate y chispas. Q.E.P.D.