PHOENIX. Dos hombres fueron sentenciados en Arizona por participar en una banda traficante de armas que formó parte de la polémica operación estadounidense Rápido y Furioso, la cual permitió el ingreso a México de armas que luego pararon en manos de narcotraficantes.

 

Jacob Anthony Montelongo fue condenado el lunes en la corte federal de Phoenix a casi tres años y medio de cárcel luego de declararse culpable de asociación delictiva y de distribuir armas sin licencia. Sean Christopher Steward recibió una condena de nueve años de prisión por asociación delictiva y perjurio.

 

Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Steward y Montelongo estaban entre los llamados compradores de armas al menudeo que las adquirían ilegalmente para traficantes y carteles mexicanos de la droga como parte de una banda en Phoenix que traficaba armas.

 

La investigación de Rápido y Furioso creció luego de que armas compradas ilegalmente aparecieron en el lugar donde fue muerto a tiros un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.

 

En la Operación Rápido y Furioso, los agentes de la entidad federal Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos utilizó una controversial táctica en la que en lugar de interceptar casi inmediatamente las armas que al parecer eran compradas ilegalmente, las “dejaban caminar” para seguirles el rastro hasta los traficantes mayoristas que no han caído en manos de la justicia. La intención era desmantelar las redes del contrabando de armas.

 

Pero los agentes federales le perdieron el rastro a muchas de las armas compradas en tiendas de Arizona que luego aparecieron en México, donde muchas han sido recuperadas en lugares de delitos. La operación permitió identificar más de 2 mil armas compradas ilícitamente, de las cuales unas mil 400 han sido encontradas.

 

Dos armas de la operación fueron halladas en la parte estadounidense de la frontera en el lugar donde en 2010 fue muerto a tiros el agente Brian Terry de la Patrulla Fronteriza.

 

Cinco hombres han sido desde entonces acusados de la muerte de Terry, Uno se declaró culpable el mes pasado y podría ser condenado a cadena perpetua. Tres siguen prófugos.