GINEBRA. La capa de hielo del Ártico se encogió este año hasta un tamaño nunca antes registrado debido a una aceleración alarmante del deshielo, que llegó a provocar la pérdida de una superficie helada comparable a la India, según datos revelados hoy por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Entre marzo y septiembre pasados, la capa de hielo del Polo Norte perdió 11,83 millones de kilómetros cuadrados y en ese último mes su tamaño llegó a reducirse a la mitad con respecto a la extensión media mínima estacional del periodo 1979-2000.
Según los datos de la organización, que actúa como uno de los principales brazos científicos del sistema de Naciones Unidas, la superficie del Ártico se redujo el 16 de septiembre pasado a su talla mínima desde que existen observaciones por satélite.
Comparado con la extensión mínima media estacional del periodo en cuestión se concluye que “desapareció” el 49 por ciento del hielo o lo que equivale a la talla de la India (3,3 millones de kilómetros cuadrados).
Al presentar hoy el “Estado Mundial del Clima 2012”, con los resultados de todos los fenómenos meteorológicos extremos ocurridos en el mundo de enero a octubre, la OMM señaló que la situación del Ártico es una evidencia más de “los profundos trastornos que están ocurriendo en los océanos y la biosfera”.
El secretario general de la OMM, Michel Jarraud, consideró que hay que estar alarmados por el ritmo “espectacular” del deshielo -observado no sólo en el Ártico, sino también en Groenlandia- porque si bien el hielo volverá a formarse este invierno “será un hielo fino y más vulnerable a futuros deshielos”.
“Definitivamente, nuestro mensaje es que la tendencia (al encogimiento de la capa helada) no sólo continúa, sino que se acelera”, comentó el responsable de la organización científica.
La talla de la capa helada el día del récord mínimo (16 de septiembre) fue incluso un 18 por ciento inferior al récord mínimo de dos años antes.
Al explicar las consecuencias del deshielo del Ártico, Jarraud mencionó que, además de contribuir a la subida del nivel del mar, “puede ser una de las causas del frío extremo en Europa y en el norte de Asia al inicio de este año”.
Aclaró que esto “no es incompatible con el calentamiento del planeta, sino más bien una consecuencia de este fenómeno. El calentamiento global no será uniforme”.