TOLUCA. El príncipe Felipe de España consideró hoy que la presencia empresarial española en México está ya consolidada y apostó por trabajar para que el flujo inversor se produzca en ambas direcciones y sean cada vez más las compañías mexicanas que se establecen en España.
Felipe, que hoy inició una visita oficial de tres días a México, subrayó la fortaleza de las relaciones bilaterales en un discurso pronunciado tras inaugurar las instalaciones de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón en la Universidad Autónoma del Estado de México.
En su intervención invitó a las empresas mexicanas a poner sus ojos en España, que es el principal inversor europeo en México, y a establecer alianzas con compañías españolas para competir juntas en los mercados mundiales.
El príncipe, que antes se había reunido con las principales empresas españolas que trabajan en el país norteamericano, estimó que “hay un largo camino por recorrer juntos” y defendió también la colaboración en el ámbito de la cultura, la formación académica y la investigación.
Convencido de que “el gran desafío” de ambos países es convertirse en centros de excelencia académica y progreso, apostó así por orientar la cooperación bilateral hacia el intercambio de talentos y la formación de capital humano, facilitando, por ejemplo, los intercambios universitarios de estudiantes y profesores.
Quiso recordar asimismo en su discurso la reciente Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz, donde hubo una “clara expresión de apoyo y solidaridad hacia los países que sufren más acuciantemente la crisis, como España y Portugal” y una apuesta por una política que combine las medidas de austeridad con políticas de crecimiento encaminadas a la creación de empleo.
Destacó además el énfasis puesto en el papel de las pymes como motor de crecimiento y generación de puestos de trabajo.
La Cumbre celebrada en España conmemoró el bicentenario de la Constitución de Cádiz y don Felipe reconoció la aportación mexicana a aquel texto que unió a los “españoles de ambos hemisferios” y que consagró la separación de poderes, la soberanía nacional y derechos clave como el de la libertad de prensa.
El príncipe estuvo acompañado del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila; el presidente de la Fundación Ortega-Marañón, José Varela; y el rector de la Universidad Autónoma, Eduardo Gasca.