WASHINGTON. Nuevos datos del censo en Estados Unidos demostró una clara y sostenida caída en las cifras de inmigración ilegal en casi un millón de personas en los últimos cinco años, lo que pone fin a más de una década de incrementos.
El número de inmigrantes sin permiso para residir en Estados Unidos bajó de un pico de unos 12 millones en 2007 a unos 11.1 millones el año pasado, reflejo de una disminución general de la inmigración de latinos.
Por primera vez desde 1910, los inmigrantes asiáticos superaron a los hispanos.
De acuerdo con los demógrafos, es improbable que la inmigración ilegal de hispanos —80% de toda la inmigración sin autorización proviene de Latinoamérica— se acerque de nuevo a su pico de mediados de la década de 2000, por la debilitada economía estadounidense y mayores medidas de seguridad y leyes, pero también al envejecimiento de la población mexicana.
Los datos mostraron que 11.1 millones, o 28%, de la población nacida en el extranjero que vive ahora en Estados Unidos carece de la debida documentación migratoria, una cifra que prácticamente no ha variado desde el año 2009 y está más o menos en el mismo nivel de 2005.
Otros 12.2 millones de personas nacidas en el extranjero, 31%, son residentes permanentes con autorización legal y tarjetas de residencia, la llamada “green card”. Y 15.1 millones, o 37%, son ciudadanos estadounidenses naturalizados.
Menos trabajadores mexicanos ingresan en la actualidad a Estados Unidos, mientras que muchos de los inmigrantes en el país optan por regresar a su tierra natal, lo que ha dado como resultado un saldo cero en el flujo migratorio desde México.
El hallazgo presagia una batalla cuesta arriba para los republicanos, quienes la semana pasada aprobaron una ley en la Cámara de Representantes que podría ofrecer la ciudadanía a un grupo limitado de estudiantes extranjeros con grados avanzados, pero que están muy divididos sobre la conveniencia de buscar medidas más amplias sobre inmigración.
En total, el mayor aumento de la inmigración en la historia moderna de Estados Unidos podría quedar en los registros como el que ocurrió desde mediados de la década de 1990 hasta principios del 2000, con residentes sin permiso legal que ya llevan 10 años o más asentados en Estados Unidos.