BOGOTÁ. El embajador de Guatemala designado en misión especial para la Reforma de Drogas ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Édgar Gutiérrez, reconoció en Bogotá que sin una reforma de la política global antinarcóticos su país “tiene muy complicado” superar el grave problema que afronta.
Gutiérrez, quien participa en la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas en Bogotá, remarcó que Guatemala por si sola podría avanzar en cosas mínimas, al abogar por un giro a la fracasada guerra global contra las drogas.
“La convicción en Guatemala es que la política ha sido un fracaso ya que el objetivo de liberar al mundo de las drogas no se ha conseguido. Tenemos más drogas y tenemos más consumidores y más problemas. Lo que quisimos hace 40 o 50 años mediante la prohibición no se ha logrado”, aseveró Gutiérrez.
El embajador y ex canciller guatemalteco reconoció que si bien hay “ciertas acciones” que se pueden adoptar de forma individual, como “una revisión de normativa interna, revisión del impacto del cultivo del opio en ciertas zonas indígenas”, éstas “tienen un impacto muy limitado”.
“Hemos entrado en la etapa de despenalizar el debate. Es justo que cada país ejerza su soberanía, si el remedio que te están recomendando está haciendo más daño que bien no puedes seguir con eso”, manifestó en alusión la política antinarcóticos global que se aplica en la actualidad al referirse concretamente a Estados Unidos.
Según el diplomático, el negocio del narcotráfico en Guatemala representa entre 6 mil y 9 mil millones de dólares anualmente, lo que supone entre el 10 y el 15% del producto interno bruto (PIB).
Además, por este país centroamericano pasa el 90% de la cocaína que se consume en Estados Unidos.
La cocaína llega a Guatemala por dos rutas: la del Caribe, que antes tiene una parada en Honduras, desde donde la droga colombiana entra por vía terrestre; y la del Pacífico, que llega directamente desde los puertos de Colombia y Perú, los dos productores.
Y en Guatemala el negocio está controlado por “grupos de narcotraficantes muy violentos”, lamentó Gutiérrez, quien explicó que el 40% de los homicidios está vinculado al narcotráfico, en una nación con una tasa de 38 asesinatos por cada cien mil habitantes.
En cuanto al cártel mexicano de Los Zetas, el diplomático afirmó que esos mafiosos están presentes en su país en forma de franquicias locales, al matizar que entre el 80% y 90% de sus integrantes son guatemaltecos y no mexicanos.
Gutiérrez participa hoy en la IV Conferencia Latinoamericana sobre Política de Drogas en Bogotá, en la que se buscan alternativas a la estrategia actual antidrogas y que tuvo sus anteriores ediciones en Buenos Aires (2009), Río de Janeiro (2010) y Ciudad de México (2011). EFE
Personalidades piden revisar estrategia anti narco
BOGOTÁ. Los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Guatemala, Otto Pérez Molina, junto a personalidades como Noam Chomsky y Mario Vargas Llosa, se sumaron al reclamo de revisar la política global antidrogas por considerar que ha tenido “consecuencias devastadoras a nivel mundial”.
En una carta abierta, suscrita por una treintena de figuras de la política, la economía y la cultura, se asegura que el uso de las drogas “ha aumentado, y su suministro es más barato, más puro y más accesible que nunca” en un mundo con 250 millones de consumidores.
Por eso instaron a reconocer que “cincuenta años después de que fuera lanzada la Convención Única de Estupefacientes de las Naciones Unidas en 1961, la guerra contra las drogas ha fracasado”.
A aquella convención le siguió en 1971 la decisión del entonces presidente estadunidense, Richard Nixon, de declarar la guerra contra las drogas, cuyos ejes han sido desde entonces la prohibición del consumo y el ataque a la producción.
Sobre el caso específico de México, la asesora principal de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Colleta Youngers, dejó claro en la Conferencia Latinoamericana de Bogotá que el plan anti drogas del ya ex presidente Felipe Calderón (2006-2012) ha tenido un “costo demasiado alto”.
Entre quienes suscribieron la misiva que exige una revisión de la política antidrogas están los expresidentes Jimmy Carter (EU), Fernando Cardoso (Brasil), César Gaviria (Colombia), Vicente Fox (México) y Lech Walesa (Polonia). EFE