La tarde del miércoles 5 de diciembre el sitio que intercomunicaba a la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (CMTI) que se celebra hasta el 14 de diciembre en el emirato de Dubai, se vino abajo. En una medida de emergencia, el tráfico de la red fue encaminado a un sitio web sustituto alojado en alguna otra región geográfica.
En lo que parece un mundo dividido en dos posturas irreconciliables, varios países como Rusia y China, junto con las Naciones Unidas, apoyan un acuerdo que toma bajo control el uso de internet, mientras Estados Unidos y la Unión Europea se oponen a un reglamento internacional y prefieren que el libre mercado sea quien regule el ciberespacio.
En la CMTI se discuten 900 propuestas de 193 Estados miembros y más de 700 instituciones académicas y del sector privado, del 3 al 14 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
Esta semana cuando se discutió la propuesta conjunta de EU y Canadá de abstenerse a implementar una nueva regulación internacional de las telecomunicaciones fue rechazada por una amplia mayoría, lo que dejaría suponer que si habrá regulación por encima de las empresas.
Sin embargo el tratado resultante que sería transformado en ley internacional, no tendrá tal plena validez, ya que la propia UIT reconoce que no existe mecanismo legal alguno que obligue a los países a cumplir las reglas pactadas.
INTERRUPCIÓN TOTAL
El hackeo causó que la comunidad virtual, medios de comunicación y delegados interrumpieran sus actividades en la reunión de la CMTI por no tener acceso a los documentos de trabajo. Y es que en armonía con el medio ambiente la conferencia decidió suprimir el papel impreso por textos en línea.
Justo después del ciberataque salió a pronunciarse el Secretario General de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), Hamadoun I. Touré: “Resulta irónico que las personas que se atribuyen la defensa de la libertad de Internet sean las mismas que impiden a todo el mundo tener acceso al evento en línea. ¿Defienden una regla para ellos y otra para los demás?”
Anonymous se acreditó el ataque. Días previos al inicio de la CMTI (3 de diciembre), varios actores se posicionaron con respecto a las presuntas intenciones de la reunión. El grupo de “hacktivistas” lanzó uno de sus particulares comunicados mientras que Google realizó una campaña para recabar firmas en apoyo al libre acceso de la red.
Al momento de la caída del sistema se encontraba sesionando el Comité 5 del grupo de trabajo 1 en el que Luis Lucatero, titular de la Unidad de Prospectiva y Regulación de la Cofetel, ocupa la vicepresidencia. Entre la funciones del representante mexicano está, nada menos que la revisión global del Reglamento de Telecomunicaciones Internacionales (RTI).
#WCIT2012
Por sus siglas en inglés la WCIT (Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales) es la propuesta por actualizar el reglamento de 1988 en torno al manejo de las telecomunicaciones a nivel global, dado que la última reglamentación sólo contempló la tecnología telefónica y satelital, el internet quedó excluido de toda norma.
De acuerdo con el organismo dependiente de la ONU, Touré en su discurso inaugural, declaró que la revisión del RTI no afectaría la libertad de expresión en Internet y que la normativa destinada a revisar el acuerdo sobre la Web tendría como objetivo “asegurar una inversión en las infraestructuras y facilitar el acceso de todas las personas a Internet”.
Antes, quedó la pregunta implícita ¿el internet puede ser considerado como una telecomunicación?
En la consideración de Bill Echikson, director de Google para la libertad de expresión en Europa, Medio Oriente y África, “Algunas propuestas (de la CMTI) podrían permitir a los gobiernos censurar temas legítimos o incluso cortar el acceso a internet”, según un comunicado difundido el viernes.
A estas declaraciones se sumó la voz de la comunidad europea cuando se posicionó en defender ante el congreso de Dubai la libertad de Internet. De acuerdo con un comunicado de Neelie Kroes, comisaria de Agenda Digital, “la firme opinión de la Unión Europea es que Internet funciona. Si no está roto, no hay que intentar arreglarlo”, afirmó la funcionaria.
Según el diario estadunidense The Wall Street Journal, la medida se debe a que actualmente muchos regímenes se sienten amenazados por los opositores que pueden encontrar en la red en su búsqueda de una vida política libre y abierta, por lo que decenas de países están presionando a la organización para renegociar el tratado para antes de finales de 2012.
El investigador Alejandro Pisanty, presidente del capítulo mexicano de la Internet Society, comentó en un foro que las propuestas en la mesa van por el orden de cederle a la ITU el control de Internet como un ente superior a los países, el otro es darle más poder a los estados sobre el control de conexiones y contenidos en sus países. Y por otra parte, están las empresas como los consorcios europeos que buscan diversificar el cobro de tarifas por servicios de interconexión, lo que entraría en conflicto con la neutralidad de Internet.
“La discusión es compleja porque se trata de administrar un nuevo espacio como la tierra, el aire o las aguas territoriales, con nuevos criterios. Darle a la ITU el poder sería un exceso pero dejárselo a los gobiernos de los distintos países terminaría fracturando la horizontalidad de Internet según los intereses nacionales y fabricaría archipiélagos de conectividad no globalizada”.
Entre los que se sumaron al rechazo de reglamentar el internet fue precisamente está uno de sus creadores, Vinton Cerf. En un comunicado expresó que “en 1973, cuando mis colegas y yo proponíamos la tecnología de Internet, abogamos por un estándar abierto para conectar redes de ordenadores entre sí. Este enfoque no era solo filosófico, sino que también era práctico. Nuestros protocolos fueron diseñados para hacer que las redes de Internet no tuvieran propietario”.
Actualmente Cerf es el vicepresidente mundial y Chief Internet Evangelist de Google, ocupación que compagina con el cargo de presidente de la Internet Corporation for Assigned Names and Numbers (ICANN), organización no lucrativa que gestiona las asignaciones de dominios en la web, aunque también se le señala por tener vínculos con el departamento de comercio de EU y operar el bloqueo tecnológico en Cuba.