Independientemente de que los mayas hayan marcado el 21 de diciembre de 2012 como el inicio de una nueva era para la humanidad, una mejor, sería bueno que en México detonemos el impulsito necesario para generar un efecto dominó virtuoso que haga de este país un mejor lugar para vivir.

 

Durante el último trimestre varios medios, sin mayor investigación, han consignado los resultados que en materia de recuperación de vehículos robados han tenido las empresas de navegación y localización satelital, mejor conocidas como GPS.

 

Esos y otros medios han denunciado que esas empresas ofrecen sus servicios como solución para localizar y recuperar autos robados sin estar regulados por la autoridad. Es decir, nadie en el gobierno vigila que los datos y hábitos de traslado de los usuarios estén seguros bajo buen resguardo.

 

Esta denuncia mediática se reprodujo copiosamente en Twitter, destacando el estado de vulnerabilidad que vive un usuario de GPS en México, el cual -creyendo que su auto cuenta con una solución de rastreo en caso de robo- en realidad tiene un monitor que bien podría estar trabajando para intereses perniciosos.

 

Además, esas compañías GPS, impulsadas por esfuerzos de comunicación de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV) se “publicitan” editorialmente como soluciones para localizar vehículos robados.

 

A la luz de la denuncia de medios y ante el temor del público usuario de sentirse vulnerable ante los GPS instalados como solución de recuperación de autos robados, hete aquí dos preguntas: ¿Dónde está la autoridad? ¿Dónde el Consejo de Autorregulación y Ética Publicitaria (Conar)?

 

No se posicionan con el spots o con desplegados pero sí bajo una estrategia editorial engañando al mercado, lucrando con el ambiente de inseguridad y de paso con la buena fe del ciudadano.

 

Hay empresas GPS muy reconocidas que operan como lo que son: compañías de navegación y administración de flotillas. Como simple referencia, Lo Jack es la única compañía que cuenta con una concesión -licitada públicamente en 2000- para utilizar el espectro radioeléctrico federal para operar su tecnología diseñada específicamente para recuperar vehículos robados.

 

Ha invertido millones de dólares para alcanzar una cobertura nacional y sus resultados (efectividad de recuperación de 92%) están notariados.

 

Aclaro, la tecnología GPS es una maravillosa herramienta para la navegación y monitoreo de flotillas pero definitivamente no es una solución para la recuperación de autos robados porque, a diferencia de Lo Jack, cuando la antena instalada en el auto pierde “vista” directa con el satélite, sencillamente no se puede monitorear.

 

Este año Lo Jack introdujo a México una nueva generación de dispositivos llamados Black-Jack que no requieren conexiones directas a los sistemas electrónico o eléctrico del vehículo debido a que cuenta con una batería de hasta cinco años de autonomía. Esto es una buena noticia que brinda a las armadoras una solución real que, además, no compromete la validez de garantía de auto nuevo.

 

Así pues, la nueva era visualizada por los mayas podría comenzar en México este 21 de diciembre de 2012, si la autoridad regula a las empresas GPS, que el Conar opine en torno a la comunicación de estas compañías y que los usuarios demanden certidumbre y no se dejen de las armadoras de autos que obligan a sus clientes a contratar GPS contra robo sin importarles el exponer su integridad como personas.

 

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