BRASILIA. El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, admitió ayer que uno de los reos de las corruptelas ocurridas en 2005 implicó en el caso al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pero aseguró que no aportó “ni una sola prueba”.

 

“Es una pieza producida por una persona condenada y hecha con el visible intento de complicar el proceso o negociar una reducción de pena, por lo que, desde el punto de vista jurídico, no tiene ningún significado”, dijo el ministro a periodistas sobre acusaciones que el publicista Marcos Valerio Fernandes lanzó contra Lula.

 

Fernandes, ya condenado a 40 años de prisión, es uno de los 25 reos que fueron hallados culpables en el llamado “juicio del siglo”, referido a corruptelas registradas durante el primer mandato de Lula (2003-2007).

 

El periódico Estado de Sao Paulo publicó este martes un documento en el que consta una declaración que Fernandes dio ante el Ministerio Público el pasado 24 de septiembre, en la cual asegura que Lula, quien no fue incluido entre los acusados, “sabía de todo”, avaló las corruptelas e incluso se benefició económicamente en forma personal.

 

El documento obtenido por el periódico animó a la oposición a exigir que Lula sea formalmente investigado, pero el ministro Cardozo dijo estar convencido de que no encuentra motivos para ello en la sola declaración de Fernandes.

 

Cardozo consideró “comprensible” desde el punto de vista político que la oposición se valga de esa declaración para cargar contra Lula o incluso contra el Gobierno que preside Dilma Rousseff, pero subrayó que esas acusaciones son insuficientes para iniciar una investigación.

 

“No hay una sola prueba” aseguró el ministro, quien dijo estar convencido de que la declaración de Fernandes ante la Justicia, casi siete años después de iniciado el proceso, no ha aportado “nada en concreto”.