TOKIO.  El tifón Bopha que azotó la semana pasada el sur de Filipinas, considerado el peor de este año en el país, ha dejado al menos 902 muertos, 615 desaparecidos y 149 mil casas destruidas, de acuerdo con un nuevo balance de la oficina de Defensa Civil.

 

La mayoría de las víctimas mortales ocurrieron en la isla de Mindanao, donde las severas inundaciones y los deslizamientos de tierra causaron daños considerables en casi dos mil aldeas.

 

El número de desaparecidos disminuyó respecto a la cifra anterior, dado que los equipos de rescate encontraron a 296 pescadores que se encontraban en alta mar antes de la llegada del tifón a Filipinas, el pasado 4 de diciembre.

 

Asimismo, al menos 149 mil casas quedaron destruidas y al menos 5.4 millones de personas resultaron damnificadas, de las cuales más de 80 mil permanecen en albergues, según el diario The Manila Times.

 

El tifón Bopha, con vientos de 175 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 210 kilómetros por hora, es el desastre natural más mortífero en su tipo que golpea a Filipinas este año.

 

Las autoridades filipinas calculan que el paso del meteoro por la isla de Mindanao causó pérdidas económicas por ocho mil 500 millones de pesos filipinos (poco más de 210 millones de dólares), solo en el sector agrario.

 

El presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, declaró el estado de calamidad nacional ante la gravedad de los daños y anunció que liberará fondos para ayuda y reconstrucción, al tiempo que reiteró su llamado a la ayuda internacional.

 

Las Naciones Unidas solicitaron esta semana a la comunidad internacional 65 millones de dólares para las víctimas del tifón, al recordar que más de cinco millones de personas enfrentan condiciones difíciles en su intento por reconstruir sus vidas.

 

Se teme que la cifra de muertos por Bopha supere a las más de mil 200 personas que fallecieron el año pasado, cuando el tifón Washi golpeó la costa norte de Mindanao.