En el cuarto día de juicio contra 18 mexicanos en Nicaragua, acusados de narcotráfico, el juez Edgard Altamirano admitió como prueba una lista de llamadas realizadas por Raquel Alatorre, señalada como cabecilla del grupo detenido el pasado 20 de agosto, con 9.2 millones de dólares en efectivo, ocultos en seis camionetas con logotipos de Televisa.
De acuerdo con el registro de llamadas, en poder de la Fiscalía de ese país, por lo menos dos de los números a los que llamó La Reina de las Vans estarían presuntamente relacionados con Televisa.
Los números quedaron registrados en el teléfono de Raquel como “Lic. Amador Narcia”, como el nombre de Amador Narcia Estrada, vicepresidente de información de Televisa, y “Oficina Televisa”.
Además, a solicitud de la fiscalía, el juez permitirá como prueba una lista de las entradas y salidas de los 18 mexicanos a Nicaragua desde 2008. Así como pruebas dactiloscópicas de sus pasaportes.
Según registros migratorios, Alatorre tiene por lo menos 19 entradas a Costa Rica procedente de Nicaragua entre 2008 y 2012.
Ayer, la fiscalía argumentó ante el juez que eran nuevas pruebas y que ellos habían recibido la información entre el lunes –día que comenzó el juicio— y el miércoles. Los defensores argumentaron, por su parte, que el tiempo para presentar nuevas pruebas ya había pasado y que lo propuesto por el Ministerio Público no era nuevo.
El juicio en contra de los 18 mexicanos, conocidos en Nicaragua como los “falsos Televisa”, fue suspendido y reprogramado para el 18 de diciembre próximo.
Cónsul en la sala
El cónsul de México, Germán Murguía, estuvo presente en la sala del juicio. El diplomático fue calificado por el vocero del Poder Judicial, Roberto Larios, de violar “normas de cortesía diplomática”, por acercarse durante un receso el primer día del juicio al jefe de defensores Ramón Rojas Urroz, saludarlo y consultarle si había podido comunicarse con los mexicanos.
De acuerdo con el portal de noticias Confidencial.com.ni, la presidenta del Poder Judicial, Alba Luz Ramos, consideró el comportamiento de Murguía como “inusual”, por acercarse a los abogados en un juicio donde él está como observador, por tratarse de ciudadanos mexicanos los acusados.
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