La Alcaldía de Los Ángeles y la Policía realizaron su programa de recuperación de armas de fuego, con varios meses de antelación, en respuesta a la masacre de en Newtown (Connecticut), en la que murieron 28 personas, entre ellos 20 niños.

 

El Programa de Recompra de Armas, que comenzó a aplicarse en Los Ángeles en 2009 ha permitido a la ciudad retirar de circulación más de 8 mil armas, según datos de la Alcaldía, y es considerado un factor esencial en la reducción del 33 % de los delitos violentos, lo que equivale a 9 mil víctimas menos.

 

“Lo que queremos es que estas armas no vayan a caer en manos de un criminal o de un niño curioso que encuentre el arma en la casa y crea que sabe cómo manejarla”, declaró en entrevista el sargento Frank Preciado, del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD, en inglés).

 

Durante la jornada, celebrada ayer, la cual es promovida por LAPD y el Programa de Reducción de Pandillas y Desarrollo Juvenil de la Alcaldía, se acercaron personas que entregaban sus armas descargadas sin que se les exigiese identificación.

 

El alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, dijo en conferencia de prensa que esta iniciativa permite a las personas “devolver esas pistolas, esos rifles de asalto que ya no necesitan o usan”.

 

“Devuélvanlos para que podamos destruirlos y asegurarnos de que no son robados ni usados en un crimen”, afirmó Villaraigosa, que aseguró que el adelantamiento de la fecha tiene como objetivo facilitar que los ciudadanos lleven a cabo una “acción concreta” tras la tragedia de Newtown.

 

A cambio de las armas, el Departamento de Policía angelino da 100 dólares por pistola, revólver, rifle o escopeta y 200 por rifles de asalto y otras armas de venta prohibida en tarjetas de compras de una cadena de supermercados del sur de California.

 

En los cuatro años de aplicación del programa, los delitos de las pandillas han disminuido un 39 % -lo que equivale a 2 mil 600 víctimas menos- en el condado de Los Ángeles y se han reducido en 241 el número de víctimas de disparos, según datos del LAPD.

 

Decenas de conductores hicieron fila en sus vehículos en uno de los estacionamientos del Los Ángeles Memorial Sports Arena para abrir el baúl de su vehículo y dejar que un oficial de la Policía retirara las armas o la munición que se encontraran allí.

 

“En la primera hora ya tenemos más de 132 armas aquí (en el centro de Los Ángeles) y más de 200 en la otra localización del Valle de San Fernando”, explicó el sargento Preciado.

 

En mayo pasado, mes en que la iniciativa se celebra habitualmente, el programa logró recuperar mil 673 armas de fuego, entre las que figuraban 53 rifles de asalto, 791 revólveres y 302 escopetas. Sin embargo, fue el número más bajo desde que en 2009 se creó este programa.

 

“Yo vengo a devolver una pistola semiautomática de 9 milímetros que era de mi padre y que ha estado en mi poder desde que él murió”, dijo uno de los conductores que hacía fila para entregar el arma y que se identificó únicamente como Laureano.

 

“Aunque la mantenía como recuerdo de mi padre, ya no estoy interesado en tener un arma en mi casa pues me parece un riesgo para mis hijos que están pequeños”, explicó el hispano, residente en el sur de Los Ángeles.

 

Preciado recordó que las armas son entregadas de manera anónima y que las autoridades se comprometen a no hacer preguntas sobre su origen.

 

El portavoz del LAPD señaló que muchas de las armas que se entregan pertenecen a personas que no tienen interés en poseerlas.

 

“Hemos hablado con personas que han recibido un arma como un regalo y que no saben cómo usarla y prefieren entregarla y recibir una tarjeta de regalo”, concluyó.

 

Tras la masacre de Newtown el debate sobre el control de armas en Estados Unidos ha resurgido con intensidad, y varios legisladores han afirmado su intención de proponer en el Congreso en enero leyes que prohíban la ventas de determinadas armas de asalto y cargadores de alta capacidad.

 

 

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