BAGDAD. Insurgentes lanzaron una ola de ataques en Irak que dejaron al menos 23 muertos el lunes, teniendo como blanco principal comunidades y peregrinos chiítas, dijeron funcionarios.
Los atentados al parecer pretenden minar la seguridad y confianza en el gobierno fomentando el conflicto sectario. Aunque la violencia en general ha disminuido desde que el país estuvo al borde de una guerra civil hace unos años, los atentados sectarios ocurren casi a diario y las fuerzas del gobierno parecen incapaces de evitarlos.
Las peores explosiones ocurrieron en Musayib, 60 kilómetros (40 millas) al sur de la capital, donde extremistas plantaron bombas alrededor de dos viviendas, una de las cuales pertenecía a un oficial de la policía. Dos mujeres, dos niños y tres hombres murieron, mientras otras tres personas resultaron heridos por las detonaciones ocurridas antes del amanecer, informó un oficial.
En Karrada, un vecindario chiíta de la capital, un vehículo estacionado detonó cerca de una tienda de campaña donde había peregrinos chiítas que iban rumbo a la ciudad vecina de Karbala en conmemoración de la muerte del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, acaecida en el siglo VII. Cinco personas murieron y hubo 25 heridos, informó un oficial.
Esto ocurrió horas después de que en la ciudad de Hillah, otro vehículo estacionado estalló en una concurrida calle donde se ubican oficinas del gobierno local, dejando tres muertos y 21 heridos, indicó otro policía. Agregó que algunos peregrinos chiítas estaban entre las víctimas, aunque no especificó cuántos. Hillah está a unos 90 kilómetros (60 millas) al sur de Bagdad.
Otros dos peregrinos chiítas murieron y 16 resultaron heridos cuando dos bombas explotaron al mismo tiempo en el pueblo de Jalis, a 80 kilómetros (50 millas) al norte de la capital iraquí. En Latifiyah, 30 kilómetros (20 millas) al sur de Bagdad, otro chiíta murió y hubo 11 lesionados cuando detonaron dos piezas de morteros, dijo un oficial.
Seis médicos confirmaron la cifra de muertos. Todos hablaron con la condición del anonimato porque no estaban autorizados a dar información.
También el lunes, cuatro policías murieron en Kirkuk cuando trataban de desactivar una bomba en el centro de la localidad. Kirkuk está a 290 kilómetros (180 millas) al norte de Bagdad.
En otro ataque, un oficial murió cuando una bomba alcanzó un convoy de la policía en el pueblo de Tuz Jormato, a 210 kilómetros (130 millas) al norte de Bagdad.
Aunque la violencia ha amainado desde lo álgido de la insurgencia en el pasado, algunos grupos que se cree son principalmente milicianos sunitas todavía son capaces de lanzar ataques letales en todo el país contra civiles o autoridades.
Los peregrinos chiítas son sus objetivos preferidos. Cada año, cientos de miles arriban a la ciudad de Karbala donde el imán Husein está sepultado. Muchos viajan a pie y las congregaciones multitudinarias son frecuentemente atacadas a pesar de la estricta seguridad.