El plan emergente nace de la ausencia de acuerdos entre republicanos y demócratas.
El primer minuto de enero se activó un plan económico que combina una serie de recortes de gasto e incremento de impuestos con valor de 646 mil millones de dólares.
Con el plan emergente se recaudarán 501 mil millones de dólares lo que amainará el déficit de EU.
El problema del plan emergente son las externalidades negativas: el desempleo crecerá de 7.7% a más del 9% al concluir el 2013, es decir, habrán 3.3 millones de nuevos desempleados; el crecimiento del PIB, que fue del 3.1% en el tercer trimestre de 2012, se contraerá a 1.3% en el primer trimestre de 2013 y, al finalizar el año, caerá hasta el 0.5%.
En cuanto a los recortes en el gasto, el Pentágono recibirá 9% menos de lo presupuestado, equivale a 5,500 millones de dólares, misma cantidad que tendrá que ser recortada en los programas sociales del presidente Obama, por ejemplo, el de salud y el de desempleo.
El 90% de los estadunidenses se verán afectados con incremento en los impuestos. Por ejemplo, aquellos que ganan 50 mil dólares anuales (650 mil pesos) sumarán 2 mil dólares (26 mil pesos) a los impuestos que tenían pensado pagar a lo largo de 2013; aquellos que ganan entre 100 mil y 200 mil dólares (un millón 300 mil pesos y dos millones 600 mil pesos) tendrán que agregar a los impuestos que tenían presupuestados, 6 mil dólares (78 mil pesos).
En realidad, “el abismo fiscal” tendrá un impacto toral en el consumo de la sociedad estadunidense. El 70% del valor de la economía se sustenta en el consumo que, a su vez, se encuentra correlacionado con la confianza de los integrantes de la sociedad. A menor confianza la economía tiende a contraerse. Caso distinto es cuando la confianza se incrementa: la gente pide crédito para invertir en bienes raíces o para comprar, por ejemplo, automóviles.
Uno de los principales puntos de desacuerdo entre el presidente Obama y los republicanos es el incremento de impuestos; el presidente, en un principio determinó que aquellos que ganen más de 200 mil dólares (2 millones 600 mil pesos anuales) tendrían que pagar más impuestos en 2013, mientras que los republicanos manifestaron su desacuerdo, aunque posteriormente determinaron la cifra en un millón de dólares. Obama cedió y subió el piso a 400 mil dólares (5 millones 200 mil pesos).