ROMA. La irrupción del dimisionario primer ministro italiano, Mario Monti, en la contienda electoral con sus afirmaciones acerca de su antecesor en el cargo, Silvio Berlusconi, y sobre el centroizquierdista Partido Demócrata (PD) ha logrado concitar las críticas de ambos bandos en su contra.

 

A los ya tradicionales ataques de Berlusconi contra el que fuera comisario europeo de la Competencia, se sumó con fuerza la reacción airada del PD, ante la última sugerencia de Monti al líder de esa formación, Pier Luigi Bersani, de que “debería silenciar a la parte más ortodoxa del partido”.

 

Monti, quien hizo estas declaraciones al programa “Unomattina” de la RAI, en clave de campaña electoral ante los comicios generales de febrero, opinó que “cortar las alas extremas es una cosa buena” y arremetió contra Berlusconi y su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL).

 

Subrayó que durante su Gobierno ambos flancos de derecha y de izquierda limitaron las reformas emprendidas por el Ejecutivo.

 

Bersani, con quien los analistas habían barajado una posible alianza con la coalición de centro que apoya a Monti, reaccionó con sorpresa.

 

“Todos los defectos del PD se descubren hoy cuando durante un largo año no se han visto”, dijo, y pidió “respeto” por su partido que “es liberal” y “no cerrará la boca jamás a nadie”.

 

También reaccionó el izquierdista Nichi Vendola, líder de “Sinistra, Ecologia e Liberta”, a quien Monti incluyó en el bloque más ortodoxo de la izquierda y apuntó como uno de los extremos de los que el PD se debería desprender, junto al senador de ese partido Stefano Fassina.

 

Vendola calificó a Monti de “arrogante” y aseguró que éste ha irrumpido en la batalla electoral “con la presunción de quien quiere participar, pero también sentirse árbitro de la partida y decidir quién la ha ganado”.

 

Por su parte, la secretaria del sindicato CGIL, Susanna Camusso, consideró que Monti “tiene muchas críticas y pocas propuestas”.

 

Monti, en un nuevo episodio de la batalla dialéctica que mantiene con Berlusconi a través de los medios de comunicación, respondió también a la acusación de su “pérdida de credibilidad” lanzada por “Il Cavaliere”, quien asegura que con su decisión de entrar en la contienda electoral el ex comisario europeo ha faltado a la promesa de no seguir en la política una vez concluyera su Gobierno técnico.

 

“Si Berlusconi considera que soy poco creíble, quiere decir que soy poco creíble. Respeto su opinión, que no es la única que existe sobre mí. Es una opinión importante y acreditada (…) De una persona que ha demostrado una cierta volatilidad en las cuestiones humanas y políticas en los últimos tiempos”, aseveró Monti.

 

Berlusconi respondió que empieza a dudar de la “capacidad de juicio” de Monti y le definió como “un profesor” que “se encuentra lejos de la realidad” y cuenta con “un sueldo seguro”. EFE