LONDRES. Amy Winehouse murió por una intoxicación accidental con alcohol cuando volvió a beber tras un periodo de abstinencia, corroboró el martes una segunda investigación.

 

La forense Shirley Radcliffe dictaminó que la estrella de soul de 27 años “murió como resultado de una toxicidad por acohol” y fijó un veredicto de muerte accidental. Agregó que el deceso no ocurrió en circunstancias sospechosas.

 

Winehouse “consumió voluntariamente alcohol, un acto deliberado que tomó un giro inesperado y la llevó a su muerte”, declaró.

 

El veredicto del martes fue idéntico al presentado tras una primera investigación en 2011. Pero el resultado de esa autopsia fue anulado cuando se descubrió que la forense original no tenía las calificaciones adecuadas para hacer el trabajo.

 

La cantante ganadora del Grammy, quien luchó por superar problemas de alcoholismo y drogadicción, fue encontrada muerta en su casa de Londres el 23 de julio de 2011, con botellas de vodka vacías a su alrededor.

 

Radcliffe dijo que en una revisión postmortem se encontró que Winehouse tenía un nivel de alcohol en la sangre cinco veces mayor al límite legal para poder conducir y superior al nivel considerado potencialmente mortal.