Nadie quiere a los chinos en Cancún. Esa es la percepción que dejan notar los habitantes de la cotizada zona turística, de Tulum y, en general, de toda al Riviera Maya al preguntarles su opinión sobre la llegada de 10 mil trabajadores de origen chino para laborar en un complejo que se ha convertido es una especie de leyenda urbana, temible e incierta, el Dragon Mart.
“Los chinos no respetan ni usos, ni costumbres, ni códigos de comportamiento de los lugares donde se instalan. Vean cómo tomaron el centro de la Ciudad de México”, dijo una comerciante de la zona de la costa noreste del estado de Quintana Roo.
Sin embargo, lo único tangible de este centro comercial hasta el momento son estas reacciones.
“Nosotros no tenemos en concreto más que la consulta que hicieron de nuestras leyes. Lo demás es especulación”, dijo Julián Ricalde, presidente municipal de Cancún, Quintana Roo, a 24 HORAS.
De acuerdo con Ricalde, el grupo de promotores del proyecto Dragon Mart no ha realizado aún las solicitudes de construcción que se necesitan para poner la primera piedra de este complejo.
Como informó este diario en diciembre pasado, Grupo Monterrey dio a conocer la intención de construir el primer mall chino en México.
“Será un punto de venta de mercancías diversas en donde vendedor y comprador harán negocio sin intermediarios, lo que reduce drásticamente los costos”, dijo el promotor que ha sido identificado como vocero del grupo, Juan Carlos López Rodríguez, y el único que ha tenido contacto con las autoridades de la región.
En el anuncio, López Rodríguez dio a conocer que la inversión para la construcción de Dragon Mart será de 200 millones aproximadamente, y que se comercializarán productos de iluminación, muebles, aparatos eléctricos y electrónicos, equipo médico, autopartes, alimentos, material de construcción, equipamiento de inmuebles, ferretería, joyería, juguetes y maquinaria agrícola.
Al respecto, el alcalde de Cancún dijo en entrevista que Dragon Mart es un proyecto en el cual, su principal promotor, Juan Carlos López, les presentó un bosquejo arquitectónico con el fin de realizar consultas acerca de los predios sobre los que se quiere construir.
Una de las principales negativas para la realización de este proyecto, explicó Julián Ricalde, son las que vienen por parte de grupos ecologistas y de conservación de zonas arqueológicas.
“Son tres predios en total. En uno, no se permite ningún asentamiento. En los otras dos se permite pero con limitantes, hay que esperar las solicitudes de licencia”, dijo el presidente municipal.
Ante la posibilidad de que Real State Dragon Mart, nombre del consorcio bajo el cual está registrado el proyecto, solicite un permiso de construcción a pesar de las restricciones, Ricalde advirtió:
“Lo que hemos dicho es que no aprobaremos nada a contentillo, ni permitiremos cosas indebidas”.
Sin embargo, la jurisdicción del alcalde es limitada.
“Estamos limitados a una serie de cuestiones que tienen que ver con sistemas migratorios, comerciales, que pueden llegar a tener una afectación a nivel nacional, esto, no lo abarca el ayuntamiento, nosotros nos circunscribimos a lo que la ley nos limita”, detalló el alcalde.
“No quisiéramos que llenaran de piratería el comercio local; darán a precios más bajos que los artesanos de aquí y además, todas la ganancias serán para ellos, no para los mexicanos”, dijo una comerciante de souvenirs de Isla Mujeres, a donde también llegó la noticia del “mall chino en México”.
“Es como si una horda de caníbales llegara al país. Acabarán con la estabilidad en el comercio en Playa del Carmen”, declaró una comerciante del corredor de la Quinta Avenida, ubicado en esta costa.
Al respecto, Juan Carlos López Rodríguez anunció junto con el proyecto que 90% de las acciones se encuentra en poder de un grupo de empresarios mexicanos y sólo 10% a nombre del socio Chinamex Middle East Investment Trade Promotion Center, cuyos accionistas son de origen chino.
Según los datos de este promotor, 45% del proyecto se encuentra en manos de Grupo Monterrey, del cual él forma parte junto con José Luis Salas Cacho, Miguel Pedraza Villarreal y Luis Felipe Salas Benavides. El otro 45% está en manos de Carlos Castillo Medrano, empresario de origen yucateco.
Finalmente, el alcalde de Cancún dijo a este diario que a raíz de la creciente inconformidad por el proyecto que aún no se concreta, ha estado participando en foros, sobre todo con los sectores científicos, organizaciones no gubernamentales, activistas y comerciantes de la ciudad.
“Con miembros de esta ciudad que están descontentos en materia ambiental y urbana, pero esos ya no son ámbitos que a nosotros nos toquen, no tengo una opinión más que la que se somete a mi jurisdicción”, concluyó.
Los amigos de Fox en Dragon Mart
José Luis Salas Cacho, uno de los actuales accionistas del proyecto Dragon Mart, estuvo en la organización Amigos de Fox; de hecho, es señalado como uno de los principales operadores financieros de esta organización.
Además participó como coordinador en las campañas de los panistas Diego Fernández de Cevallos y de Vicente Fox en el año 2000.
Durante el primer anuncio del complejo Dragon Mart en abril de 2011, él también participó en la planeación y difusión, bajo el cargo de vicepresidente de Chinamex.
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