La acuñación de una sola moneda de platino, por un billón de dólares, podría permitir al Gobierno de Estados Unidos conseguir un aumento del techo de endeudamiento, sin pasar por el Congreso, un recurso insólito pero que cada vez más expertos en este país consideran viable.

 

El último en dar credibilidad a esta curiosa alternativa, para evitar la amenaza de la suspensión de pagos, fue esta semana Jerrold Nadler, congresista demócrata, para quien la idea “suena estúpida, pero es absolutamente legal”.

 

“Cuando te chantajean con destruir la economía nacional, tienes que considerar alternativas”, indicó el congresista, en referencia a la amenaza de la oposición republicana de no autorizar el aumento del techo de endeudamiento, si el Gobierno no introduce recortes drásticos en los gastos federales.

 

La vía normal para el presidente, Barack Obama sería buscar un acuerdo con los republicanos, que tienen la mayoría en la Cámara de Representantes, para obtener la autorización del Congreso, algo que se presume muy complicado, sobre todo después de los enfrentamientos provocados por la crisis del llamado “precipicio fiscal”.

 

La solución de la moneda de platino comenzó a circular por internet en 2011 y cada vez más economistas se apuntan a ella.

 

Según la ley, el Tesoro puede acuñar una moneda de platino y asignarle el valor que desee, algo que normalmente se limitaba a la producción de monedas para coleccionistas de valores relativamente bajos.

 

Ahora, lo que se propone es que el Tesoro acuñe una moneda, de un billón de dólares por ejemplo, la deposite en la Reserva Federal (el banco central de EU) y respalde con ella la capacidad de endeudarse por esa cantidad, suficiente para elevar virtualmente, de un golpe, el techo de la deuda nacional.

 

Ayer mismo, la Casa Blanca publicó que había recibido una petición ciudadana para que se cree una moneda de platino de un billón de dólares, petición que ya ha reunido casi tres mil firmas de las 25 mil necesarias para que el Ejecutivo tenga que pronunciarse al respecto.

 

La alternativa es que el presidente Barack Obama invoque la Decimocuarta Enmienda de la Constitución que permite al mandatario utilizar su poder ejecutivo para que “la validez de la deuda pública de Estados Unidos no sea cuestionada”.

 

La Casa Blanca ha reiterado que no contempla recurrir a esta opción constitucional, aunque algunos medios estadounidenses no la descartan del todo si las negociaciones con los republicanos, que piden recortes a cambio de un acuerdo sobre la deuda, vuelve a estancarse.