Con la nueva reforma educativa, todas las escuelas y universidades que dependen de la SEP serán evaluadas en términos de calidad, y si no cumplen enfrentarán consecuencias jurídicas, advirtió el titular de la dependencia, Emilio Chuayffet.

 

De acuerdo con un reporte de la misma SEP, dado a conocer esta semana, 43% de los programas universitarios privados no cumplen con la calidad que exigen las evaluaciones.

 

En febrero del año pasado, el rector de la UNAM, José Narro, llamó a “asegurar la calidad de quienes se preparan y forman en nuestras casas de estudios”.

 

Por su parte, el rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias, afirmó que la inmensa mayoría de las más de tres mil 500 universidades particulares que existen en el país no cumplen con los estándares de calidad. “Casi cualquier persona puede, en el México de hoy, abrir una universidad”.

 

Chuayffet reconoció la existencia de este tipo de centros escolares en todos los niveles educativos, pero todas ellas tendrán que someterse a las evaluaciones que el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE) establezca.

 

“Cuando nosotros hagamos las evaluaciones, las escuelas que estén mal y que correspondan al tipo que ustedes han descrito tendrán que enfrentar consecuencias jurídicas”, dijo en entrevista.

 

EDUCACIÓN SUPERIOR DESVINCULADA

 

La oferta educativa y la demanda laboral están “divorciados”, lo cual ha provocado que los estudiantes no trabajen en algo relacionado con sus estudios, carreras saturadas y prácticas laborales casi nulas.

 

Datos de la SEP indican que 60% de los profesionistas en México son contadores públicos, administradores, ingenieros mecánicos, profesores o pedagogos, abogados y médicos. Además, una tercera parte de los jóvenes trabaja en algo distinto a su carrera.

 

Por otro lado, 40% de los convenios entre universidades y empresas son de palabra y muchas veces no se cumplen cabalmente, dijo el secretario de Educación Emilio Chuayffet en el Foro México 2013.

 

Reconoció que el reto es lograr una vinculación entre la escuela y mercado laboral, así como reactivar la orientación vocacional, que ha ido desapareciendo poco a poco de los planes de estudio.

 

Por ello, es necesario que los planes se modifiquen y que los estudiantes cuenten con la información necesaria para elegir una carrera que se requiere en el mercado y apoyarlos para que cuenten con experiencia cuando se integren a la fuerza laboral.

 

Carmen Pagés-Serra, jefa de la unidad de mercados laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aseguró que el divorcio existente entre las dos partes puede cambiar, sobre todo si existe un esquema de prácticas profesionales obligatorias.

 

Además, México tiene que invertir en educación media superior y superior, como lo ha hecho con la educación básica, pues sólo 54% de los jóvenes entre 15 y 19 años van a la escuela, por lo que no se ha logrado la cobertura universal, a pesar de que la educación media superior ya es obligatoria.