SIDNEY. Las huellas de dinosaurios en Lark Quarry, famosas en Australia porque son miles y perduran desde hace 95 millones de años, podrían ser el rastro dejado en el lecho de un río cuando nadaban o lo cruzaban, una nueva tesis contraría a la teoría asumida de la estampida.
Este conjunto formado por unas 3 mil 300 huellas fosilizadas que se encuentra en una remota zona del noreste de Australia y a unos 110 kilómetros de la localidad de Winton, estaba hasta hace muy poco catalogado como el único vestigio conocido de una estampida de dinosaurios.
Algunos paleontólogos habían interpretado que hubo una estampida a raíz de la súbita aparición de un enorme carnívoro de la especie de los tiranosauridos cuando las presas bebían agua.
Sin embargo, para el paleontólogo Anthony Romilio, quien prepara un doctorado en la Universidad de Queensland, explicó que su investigación “rebate la anterior teoría” ya que el conjunto de huellas son el rastro dejado en el lecho de un antiguo río por diferentes dinosaurios durante varios días o semanas de presencia.
El trabajo de Romilio, publicado este mes en la Revista de Paleontología Vertebrada, apunta que la impresión del enorme dinosaurio depredador que causo la supuesta estampida pertenece en realidad a un ejemplar herbívoro, mientras que las impresiones de los ejemplares nadadores corresponderían a ornitópodos, una especie bípeda y herbívora de pequeño tamaño, parecido al de una gallina común, y con patas similares a las de las aves.
“Algunos de los más pequeños no eran más grandes que los pollos, mientras que los que vadeaban eran del tamaño de los emús (especie de avestruces australianas)”, comentó el paleontólogo.
Para el científico, muchas de estas huellas son marcas como rasguños casi verticales y profundos que apuntan hacia que estos animales nadaban y se impulsaban con el movimiento de sus patas sobre el agua.
Algunas de las marcas dejadas por estos pequeños dinosaurios indican que la profundidad del río oscilaba entre los 14 y 40 centímetros, según el estudio realizado para la Universidad de Queensland.
El experto consideró que la distancia que hay entre cada huella refleja que los animales se desplazaban río abajo, aparentemente siguiendo la corriente.
Otras huellas señalan que especímenes de mayor tamaño vadearon el cauce.
Romilio dijo que de momento no se ha podido determinar cuántas de las 3 mil impresiones localizadas corresponden a dinosaurios que caminaban o corrían.
Investigaciones previas defendían que dos clases de dinosaurios poblaron Lark Quarry: una de dedos largos (“Skartopus”) y otra de dedos cortos (“Wintonopus”).
Por su lado, el supervisor y coautor del estudio, Steve Salisbury, dijo que los análisis tridimensionales realizados en Lark Quarry les permitieron entender mejor el lugar, así como la manera cómo estos dinosaurios se “movieron y comportaron en distintos ambientes”.