El modelo de avión que usará el Presidente de México, el Boeing 787 Dreamliner, promocionado como la aeronave del futuro, presenta muchos problemas hoy.
Japan Airlines reportó ayer una fuga de más de 100 litros de combustible en un Boeing 787 Dreamliner de su moderna flota, nave que de acuerdo con la inspección realizada, es la misma que reportó una falla en Boston la semana pasada.
La prensa japonesa destacó que la seguridad de estas aeronaves es sometida a revisión en Estados Unidos y que la aerolínea All NIppon Airways ha registrado en sus Boieng 787, además de fugas de combustible, grietas en una ventana en la cabina de vuelo y fallas en las computadoras, por lo que han cancelado varios vuelos.
Las autoridades estadunidenses aseguran que es seguro viajar en estos sofisticados aviones.
Sin embargo, el miércoles 9 de enero el diario USA Today recordó en su nota principal de portada que un Dreamliner 787 tuvo que regresar al aeropuerto Logan de Boston por una fuga de combustible (es el mismo que ayer tuvo problemas en Narita).
Un día antes, también en Boston, la batería de otro 787 se incendió. Como recuerda el diario, el año pasado Boeing se la pasó promocionando su nave por todos los aeropuertos del planeta, incluido el de la Ciudad de México.
Es la primera nave comercial fabricada con compuestos de carbono ultraligero, lo que las hace más ligeras que las que traen partes tradicionales de aluminio y acero.
La de ayer fue la segunda falla del mismo avión en menos de una semana. El USA Today recuerda que 49 de estos aviones ya andan volando y que los casos de la semana pasada no son los únicos.
Un 787 Dreamliner de United que volaba de Houston a Newark en diciembre tuvo que aterrizar de emergencia en Nueva Orleáns porque un generador de energía falló.
También en diciembre, un Boeing 787 de Qatar se quedó en tierra porque se detectaron problemas en el sistema eléctrico.
El 11 de diciembre de 2012, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) hizo oficial la compra de la nueva aeronave presidencial.
La Sedena delimitó un presupuesto de seis mil 308 millones de pesos para la compra de un Boeing 787. La Presidencia de México se convertirá en el primer usuario de la aeronave, distinto a una aerolínea comercial.
“No se trata solamente de un asunto de comodidad, sino de seguridad, porque este avión será una fortaleza aérea, un búnker para el Presidente”, dijo el equipo de transición del entonces candidato electo, Enrique Peña Nieto, al ser cuestionado por la prensa acerca de la adquisición de una aeronave que aún era prototipo.
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