Scarlett Johanson y Benjamin Walker subieron el telón del teatro Richard Rodgers en Broadway, con el reestreno del clásico Cat On a Hot Tin Roof (Una gata sobre el tejado caliente) del dramaturgo Tennesse Williams.
Elizabeth Taylor y Paul Newman, la protagonizaron en 1958 para cine. La historia trata sobre una mujer, Maggie, que tienen problemas fuertes con su esposo Brick, por su constante rechazo a sostener relaciones sexuales pues él está deprimido por la muerte de un amigo.
El productor de la obra es el ganador del premio Tony, Rob Ashford. Muy reconocido en la industria por producciones como Evita y Thoroughly Modern Millie, y su apuesta es “intentar hacer el renacimiento de una obra de teatro clásico. Volver a la fuente de material original tanto como se puda, y también volver a la época en que la obra fue escrita y tratar de llegar a lo que el escritor era realmente después. Hay un montón de inspiración para encontrar yendo hacia atrás, y tratando de averiguar la intención original”.
“Me encantaría que tomemos estos personajes de los pedestales donde han sido colocados y ponerlos de nuevo en el juego. Por lo tanto, yo no quiero ver a nadie dar su Big Daddy o dar su Maggie o su Brick. Yo sólo quiero ver a estos personajes en la obra, como si fuera la primera vez” declaró a Towleroad.
Los boletos para ver a los actores en escena cuestan entre 87 y 231.88 dólares, aunque a la fecha no se han agotado , esperan que la puesta en escena sea todo un éxito.