La primera experiencia excepcional que tuve en un mercado gourmet fue en Madrid, en el mercado de San Miguel. Es un paraíso para los amantes de la comida. Su estructura de metal garigoleada, forrada de vidrio, combina la modernidad con la antigüedad, imponiéndose sobre la vista, pero sobre todo invitándote a ingresar. Ahí, comí tapas memorables: no sólo por la calidad de sus ingredientes, sino también por su innovación. Cada puesto tenía un producto estrella: caviar, ostras, pescados, carnes, embutidos, enlatados, vinos, pasteles. En el estilo típico de tapear viajé de un lugar a otro picando aquí y allá, comiendo verdaderas obras de arte, mientras las acompañaba con mi maridaje favorito. El lugar invitaba a moverte continuamente, empujar un poco a la gente para pedir tu orden y recorrer el lugar. Fue un plan ideal para un almuerzo en sábado que me dejó más que satisfecha.

 

En Berlín, repliqué la experiencia, al visitar KaDeWe. Aunque un poco más sofisticado, al encontrarse dentro de una tienda de lujo, quedé impactada por el gigantesco espacio dedicado a la venta de productos gourmet y su degustación. Había para todos los gustos: pequeñas barras que ofrecían comida italiana, española, alemana, francesa, de mar, además de un sin fin de mostradores para degustar los más finos vinos y licores. Acabé en una barra de ostiones, donde pedí una copa de champaña y comí una cantidad de ostiones que preferí no contar. Venían primordialmente de Francia e Irlanda y todavía recuerdo lo delicioso que resultó probar las distintas variedades. Confieso que es la vez en que probablemente he comido más ostiones en mi vida.

 

En Estados Unidos, cualquiera que haya visitado alguna de las locaciones de la tienda Whole Foods, dependiendo del lugar, podrá también contar sobre lo divertido que resulta comer todo tipo de especialidades dentro de un supermercado que van desde los más simples sándwiches, hasta restaurantes étnicos, japonenses, ostionerías, de hamburguesas, cafés parisinos, pizzerías y hasta wine bars.

 

Sin duda, para cualquier amante de la comida, es una fortuna encontrar un lugar en donde no sólo se vendan productos gourmet, sino que también se puedan probar. Por eso no resistí la tentación esta semana de ir a comer al City Market de Santa Fe, a pesar de mi mala experiencia hace unos años en la sucursal de la Colonia del Valle en donde vendían productos caducados. De entrada la tienda está enorme, ofreciendo todo tipo de productos. Es evidente que con la apertura de más sucursales, cada vez se vuelve más organizada. En la parte posterior cuenta con dos grandes barras, en donde en la primera se sirven productos de mar y en la segunda tapas, además de un sin fin de mostradores que venden todo tipo de comida para llevar.

 

Llegué a sentarme en la barra de mar. Tomó más de 15 minutos que me tomaran la orden, lo cual me sorprendió, pensando que normalmente la gente que se sentaría en un barra querría comer rápidamente. Sin embargo, cuando empezó a llegar la comida, no tuve queja alguna. Para acompañar mis alimentos pedí una copa de vino blanco francés ($75 pesos) y una botella de Perrier ($25 pesos). Para comer pedí una orden de 6 ostiones naturales ($120 pesos) que estaban fresquísimos, una tostada de atún ($90 pesos) y una tártara de salmón oriental ($150 pesos). Quedé encantada con la selección y excepcional relación precio calidad de esta barra. Después pregunté si podría pedir de la barra contigua de tapas y me dijeron que si; craso error. Pedí una selección de montaditos: una berenjena con queso de cabra ($20 pesos) que estaba bastante mediocre ya que la berenjena estaba deshidratada y tenía una consistencia tipo hule; un montado de pan tomate ($20 pesos) que estaba sin mucho chiste, una croqueta de bacalao ($60 pesos) que fue lo que más me gustó y una tortilla de patatas que aunque me cobraron nunca llegó (confieso que me percate del error ya escribiendo este artículo). Además, pedí unos mejillones al vino blanco que me llegaron totalmente fríos por lo que los regresé. Sin duda, la experiencia fue alentadora, aunque fue evidente la poca comunicación entre una barra y otra. Además de que en lo personal sentí que los ingredientes eran de mejor calidad en la barra fría, lo cual corroboré al ver la diferencia de precios entre una y otra.

 

Me encanta pensar en la idea de poder sentarme a comer pequeños bocados o tapas en un supermercado con un buen vino. Ojala y se pongan las pilas, porque veo mucho potencial y espero que se concrete este proyecto. Sin duda, esta tienda ha abierto las puertas para tener una excepcional oferta gourmet en Santa Fe y espero que mantengan sus altos estándares de calidad en la comida de mar y mejoren la calidad de sus tapas, así como el servicio. No obstante lo anterior, quedé invitada a regresar al menos por los mariscos.

 

Espero que tengas un maravilloso fin de semana y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!

 

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Mercado de San Miguel

Plaza de San Miguel, s/n

28005, Madrid

Tel. (+34) 915 42 49 36

 

KaDeWe

Auentzienstraße 21–24

10789 Berlin

Tel. (+49) 30 2121 0

 

Whole Foods

www.wholefoodsmarket.com

 

City Market

Calle Avenida Santa Fe No. 498 Lt J2 y J3

Col. Santa Fe

05348, D.F.

Tel. 55 16646260