Para Pedro Ascencio Mateos, director del taller de xilografía “José Guadalupe Posada” de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), el destacado ilustrador mexicano fue un revolucionario que dejó la inscripción de la resistencia del pueblo mexicano en su estampería.

 

A 100 años de su muerte, dijo, Posada puede ser considerado el cuarto muralista mexicano, junto con David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. “Él abarcó a las masas a través de sus creaciones, cuyo alcance por aquella época era la misma que una imagen a gran escala”, anotó Ascencio Mateos.

 

En entrevista, el también artista plástico, quien lleva más de 30 años al frente del taller “José Guadalupe Posada”, refirió que el ilustrador mexicano ocupa un lugar muy especial en la historia de las artes en México, ya que labró desde la tradición, y con una mente fría, la cotidianidad que acontecía en su época, el descontento social y las revueltas.

 

Sostuvo que José Guadalupe Posada trabajó de manera magistral diversas técnicas, entre ellas, el grabado en madera, a contrafibra y en linóleo. Igualmente, se desempeñó como impresor, editor y reportero.

 

Por su parte, Vicente Jurado, coordinador del Taller de Producción e Investigación Gráfica de la ENAP, señaló que Posada marcó “el paradigma en la historia contemporánea en México y parte de la gráfica, al tomar en cuenta a los sectores más desprotegidos e incluirlos en las dinámicas plásticas”.

 

El pintor manejó la ironía en sus discursos visuales para referirse a aspectos fundamentales de la vida cotidiana, social, económica y política del país, “la actividad que realizó en su taller también fue esencial para el auge de la revolución”, indicó Jurado.

 

Por tal razón, Jurado consideró que los artistas siempre serán necesarios para la toma de decisiones políticas de cualquier país. “El arte es la ciencia de la liberación”, enfatizó.

 

Al centrarse en lo popular, José Guadalupe Posada se relaciona con la fotografía, ya que muchos de los primeros fotógrafos se acercaron a la cotidianidad a partir de los grabados del ilustrador revolucionario, afirmó Víctor Manuel Monroy de la Rosa, profesor de la ENAP.

 

Posada es uno de los personajes que trascendió su tiempo y sigue vigente cuando cada 2 de noviembre aparece su personaje emblemático, La Catrina, que deambula por las calles de la ciudad de México, a pesar de que muchos desconocen a su creador.

 

Sin embargo, dijo Monroy de la Rosa, la trascendencia de la obra de Posada en el arte visual reside en la forma en como puso en los medios de difusión a la gente sencilla del pueblo que no tenía presencia, como lo era el aguador el cargador el caporal, todas ellas a través de las hojas de Antonio Vanegas Arroyo.

 

Así, Guadalupe Posada dio difusión a la cultura mexicana, una labor esencial que dio paso a la conformación del rostro mexicano, concluyó el profesor.