Este año, la Ciudad de México se hizo acreedora al Premio de Transporte Sustentable (9th Sustainable Transportation Award) otorgado por un comité integrado por diversas organizaciones no gubernamentales especializadas en el tema de transporte público. En esta ocasión, se reconoce a la Ciudad de México el crecimiento de la red de autobuses de tránsito rápido (Metrobús), la línea de Metrobús del Centro Histórico (Línea 4), la expansión de la red del metro (Línea 12), el sistema de bicicleta pública (Ecobici), el sistema de cobro por estacionamiento en la vía pública (Ecoparq) y las mejoras al espacio público (como el Monumento a la Revolución, la calle peatonal Madero y el rescate de otros espacios en el centro y alrededores).

 

Este premio obtenido por la Ciudad de México no es menor, es el reconocimiento a una serie de acciones en el sentido correcto para lograr una movilidad sustentable. También es un reconocimiento a la administración que recién terminó, de Marcelo Ebrard Casaubon, por su forma de gobernar en el tema.

 

El premio fue recibido, por supuesto, por autoridades del gobierno actual, en este caso por la secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller; y por el de Transportes y Vialidad, Rufino León. Cabe señalar, sin embargo, que en la ceremonia de premiación efectuada en Washington estuvo, merecidamente, el ex Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard. Y digo merecidamente porque como parte de la evolución política de nuestro país se puede reconocer por un lado al gobierno, pero también a quienes tuvieron a su cargo la instrumentación de estos éxitos. Celebro, por tanto, no sólo el premio, sino la mano extendida del gobierno de Miguel Ángel Mancera hacia su antecesor; y buen detalle que organizaciones como Embarq y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), presentes en México, hayan sabido reconocer el trabajo de Marcelo Ebrard.

 

Este premio obliga al Jefe de Gobierno actual a continuar el camino de la movilidad sustentable y profundizar en la transformación. El premio que en nombre de la ciudad recibieron Müller y León es también el recordatorio de que Mancera arrasó en las elecciones por la buena aceptación al gobierno de Marcelo Ebrard (y claro, por la debilidad de sus contrincantes).

 

Cabe señalar que, a pesar de que acciones fuera del ámbito del transporte público fueron incluidas en este premio (como la mejora al espacio público y la instrumentación de parquímetros), no se reconoce a la Ciudad de México por los supuestos beneficios de los segundos pisos viales y la supervía para la movilidad sustentable (acciones sí un poco contradictorias por parte de Ebrard). Esto también es un mensaje para Mancera, cuyo gobierno ha anunciado lo mismo la construcción de la quinta línea del Metrobús que de la Autopista Urbana Oriente. Veremos qué obra arranca primero.

 

Si el gobierno de Mancera tiene éxito en la movilidad sustentable, la cobertura de Metrobús se habrá duplicado, ya no habrá microbuses, tendremos una red integrada de transporte, algunos kilómetros más de metro, una amplia cobertura de Ecobici y Ecoparq, más calles peatonales y plazas renovadas en todas las delegaciones. Sólo así, la Ciudad de México podría volver a ganar este reconocimiento y tal vez volvamos a ver a este mismo comité reconociendo a un gobierno que hizo muchas acciones en el sentido correcto de la movilidad sustentable.

 

Ojalá que Miguel Ángel Mancera tome el toro por los cuernos y profundice en las transformaciones y no se quede sólo con el premio colocado en las paredes de las oficinas públicas, reconociendo el trabajo de su antecesor.

 

@GoberRemes