En el discurso de toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto, la primera acción que anunció fue crear un Programa Nacional de Prevención del Delito, con la finalidad de reconstruir el tejido social y reducir la incidencia delictiva. Esto marcó una gran diferencia, tanto en el discurso político como en el diseño de políticas públicas. En la pasada administración, del presupuesto destinado a combatir el crimen sólo el 3% era para prevenir el delito. Nunca se anunció un programa integral y las acciones del gobierno federal eran desarticuladas. Como resultado tenemos un aumento en el consumo de droga, usuarios cada vez más jóvenes, así como niños y adolescentes que comenten crímenes.
La Federación trató de rescatar Ciudad Juárez, mientras ciudades como Tijuana, Aguascalientes, Culiacán, la Ciudad de México y Puebla buscaron incluir a la sociedad para prevenir el delito y crear un clima de paz en sus comunidades. Los resultados locales fueron superiores a los que obtuvo la Federación, pero han sido insuficientes ante la falta de recursos y la tendencia a ejercer el gasto en balas y patrullas en lugar de actividades culturales e integración social. Hay autoridades que todavía creen que una acción disuasiva es anunciar la compra de chalecos antibalas y patrullas, en lugar de organizar actividades de entretenimiento o recreación en las calles de alta incidencia criminal.
La prevención sirve y es un arma exitosa porque reduce la demanda en los mercados ilegales. Una sociedad más informada tiene menos consumidores de droga, hay menos trata de personas y la piratería no se encuentra tan fácilmente en las calles. Si los jóvenes asisten a un evento gratuito en una plaza pública el sábado en la noche, ese día los narcomenudistas tendrán que ir a otra parte a vender sus productos, lo cual les reduce sus ingresos. El hacer esto de manera sostenida inhibe la venta en el corto plazo y reduce la demanda por bienes ilegales a largo plazo. Los resultados son menores ingresos para el crimen organizado y, como consecuencia, se reduce su poder de cooptación y su capacidad para amedrentar al Estado. Esto es lo que se ha visto en muchos países y hay una infinidad de experiencias internacionales y casos de éxito, como son el de la Ciudad de Londres para reducir el consumo de droga, en Colombia se creó una iniciativa muy poderosa para que la ciudadanía retomara las calles y pudiera recomponer el tejido social.
En México también hay iniciativas con éxito y las recetas han sido muy distintas, lo cual demuestra que hay varios enfoques para recuperar el tejido social. En la recuperación de espacios públicos tenemos proyectos, como el de la arquitecta Tatiana Bilbao, en el Jardín Botánico de Culiacán, y la iniciativa de Aguascalientes de Convive Feliz, que inició Lorena Martínez. Ambas propuestas con enfoques integrales basados en la participación de la sociedad. Hay organizaciones de la sociedad civil que su apuesta se basa en fomentar las capacidades de los individuos en base a la información y generación de autoestima, como es el caso de México Unido Contra la Delincuencia y el IMIFAP, que comanda Susana Pick.
Usar la cultura y el entretenimiento como actividades de integración social y promoción de las artes y educación también ha sido efectivo. Este es el caso de Ambulante, que recorre el país llevando documentales en plazas públicas. Más libros, Mejor Futuro que apuesta a tomar las calles con libros y letras, NEMI es probablemente la compañía de teatro más grande en el país, ya que realiza cerca de 200 obras sobre temas, como bullying, adicciones y violencia en el noviazgo en las escuelas. Machincuepa Circo Social es reconocida a nivel internacional e inclusive ha ganado varios premios por su método innovador: fortalecer las capacidades de autoestima en los jóvenes para alejarlos de actividades criminales mediante clases de circo.
Un aspecto importante es la reinserción a la sociedad y ahí vemos casos, como el encabezado por Ann Moxey, de Fundación Parinaama Yoga. Ella imparte clases de Yoga en las cárceles y su éxito lo ha documentado la cineasta Andrea Borbolla en el documental Interno. Monte Fénix ofrece tratamientos contra las adicciones en varias cárceles del país.
Estas son algunas iniciativas que le han apostado a la prevención del delito desde hace tiempo, esperamos escuchar más de ellas y menos noticias de asesinatos en el país.