La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) propinó ayer el principal revés a la administración de Felipe Calderón al liberar a Florence Cassez, quien anoche regresó a Francia. El verdugo fue el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien antes de llegar a la Corte en noviembre, había sido jefe del Servicio de Administración Tributaria, dependiente de Hacienda.

 

Sin declararla culpable o inocente, la Primera Sala de la SCJN dejó sin efectos la condena de 60 años de cárcel de Cassez por secuestro y delincuencia organizada, por considerar en un voto de tres a dos, que se violó el debido proceso al permitirse el montaje televisivo de su captura, que argumentaron, contaminó los testimonios que la inculparon.

 

“Opino que en el caso concreto se afectó el debido proceso penal y la obtención de la prueba lícita, al existir demora en la puesta a disposición de ministerial; y bajo la agravante del montaje policiaco que deviene de una escena falsamente reproducida ante los medios masivos de comunicación, con inducción hacia las víctimas y testigos de cargo, se vulneraron los derechos fundamentales de carácter sustantivo presunción de inocencia y libertad”, expuso Gutiérrez Ortiz Mena en su alegato. “Así, considero innecesario realizar el estudio de los demás temas que se analizan en el proyecto.

 

“Por consecuencia, debo señalar que donde existe un mal, el derecho debe proveer el remedio respectivo; por lo que mi voto es en contra del proyecto, por un amparo liso y llano, por la libertad inmediata”, concluyó.

 

Esto motivó que su compañera ministra Olga Sánchez Cordero cambiara el sentido de su proyecto, presentado ayer y que se encaminaba a la derrota, y que se sumara el ministro Arturo Zaldívar, quien elaboró el primer dictamen sobre este caso el año pasado, que fue desechado por la Corte.

 

Así, la mayoría de la primera sala votó a favor la resolución de Gutiérrez Ortiz Mena, por lo que la Corte ordenó la liberación inmediata de la ciudadana francesa, encarcelada desde hace siete años, y que provocó diferendos diplomáticos entre Francia y México y aún dividen a la sociedad mexicana.

 

La sorpresa

 

Con apenas poco más de un mes como ministro, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena sorprendió ayer a todos. Su posición era la incógnita previa al debate en la Primera Sala sobre el amparo a Florence Cassez, pero su pronunciamiento a favor de liberar de inmediato a la francesa, condenada a 60 años de prisión por el delito de secuestro, asombró a propios y extraños.

 

En el momento de fijar su postura, ya lo habían antecedido tres ministros que conforman la sala. El escenario era que el amparo no pasaría, porque la votación estaba dos en contra (José Mario Pardo Rebolledo y Arturo Zaldívar) y un ministro parcialmente a favor (José Ramón Cossío Díaz), con lo cual la ministra ponente Olga Sánchez Cordero se quedaría sola.

 

La duda se despejó cuando el ministro, tras esgrimir los argumentos a favor del amparo, habló de las violaciones graves al proceso judicial de Cassez, las cuales centró en dos puntos: la puesta a disposición ante el ministerio público, que fue ilegal, y el montaje que se hizo para inculparla, y en el cual estaban basados los testimonios.

 

Concluyó que su voto era en contra del proyecto y a favor del amparo liso y llano.

 

En ese momento, los representantes de los medios franceses preguntaban qué había dicho el ministro Gutiérrez y la expectación entre simpatizantes y detractores de la causa de la francesa fue el clímax de la sesión, la cual duró una hora y cuatro minutos.

 

Ese pronunciamiento viró la resolución hacia la posición del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien el 21 de marzo del año pasado no obtuvo los tres votos que requería para su proyecto, que planteaba ordenar la liberación de Cassez por haber en su proceso un efecto corruptor, que violó sus derechos humanos y todas las evidencias del caso.

 

Como se esperaba, la ministra ponente, Olga Sánchez Cordero, aprovechó el momento para intervenir y aceptar modificar el sentido de su proyecto, que proponía echar abajo los testimonios de las tres víctimas y que el Séptimo Tribunal Unitario en Materia Penal dictará una nueva sentencia.

 

Sánchez Cordero retomó los argumentos esgrimidos por Arturo Zaldívar, quien al posicionar su voto en contra, recordó que en congruencia con sus posiciones proclives a la defensa de los derechos humanos, se mantendría en la posición de que se debía determinar la liberación inmediata, por las violaciones constitucionales graves en el proceso de Cassez.

 

También dijo que retomaría lo expuesto por el ministro Gutiérrez Ortiz Mena. “…mi deber como ponente es alcanzar una resolución que permita que este asunto pueda decidirse”, dijo, con relación a que en caso de no resolverse por segunda ocasión, la discusión se iría al pleno.

 

Así, la sentencia sobre el amparo de Cassez, quien tenía siete años presa en el reclusorio femenil de Tepepan, fue revocar la sentencia que le había impuesto el tribunal unitario, otorgarle un amparo para poder ser liberada de forma inmediata y comunicarle al consulado francés el sentido del fallo.

 

El preludio de la liberación

 

Durante la sesión privada que inició minutos después de las 11 de la mañana, trascendió que el ministro José Ramón Cossío Díaz se pronunciaría en contra del proyecto de Sanchez Cordero y que su posición dividiría a los integrantes de la sala.

 

A menos de cinco minutos de iniciada la sesión, la filtración se confirmó, pues el ministro fustigó el proyecto original, al argumentar que estaba apegado al criterio de técnica jurídica de un amparo en revisión y no a uno atraído por la Corte.

 

Cossío se pronunció por otorgar el amparo para efectos, pero sólo eliminando, de forma parcial, los testimonios de dos de tres de las víctimas.

 

Mientras que el presidente de la sala, aunque anunció que votaría en contra del proyecto, se pronunció por devolver la sentencia al Tribunal unitario porque la sala difería de su criterio sobre la puesta a disposición y sobre la ampliación de la declaración de los testigos.