La adicción a las drogas se ha vuelto un grave problema para los sistemas de salud del mundo y expertos en Estados Unidos creen haber encontrado una manera de controlar el fenómeno, gracias a una vacuna contra la cocaína.
Thomas Kosten, director de investigación y profesor en el departamento de psiquiatría y neurociencia del Baylor College of Medicine en Houston, Texas, y su equipo, están probando desde el 2009 una vacuna que combina moléculas de cocaína con un componente inofensivo de cólera.
En entrevista con 24 HORAS, el doctor Kosten explicó que, al detectar lo que parece ser una infección emergente, el cuerpo genera una respuesta inmune al cólera que se extiende a la cocaína.
“Es una manera de provocar al organismo para que produzca anticuerpos que ataquen a la cocaína” para bloquear el efecto que puede tener esta droga una vez en el cerebro, precisó el experto.
Al final de la prueba, los pacientes cuyos cuerpos generaron una buena respuesta inmune a la vacuna tenían casi 30% más pruebas sin cocaína que los pacientes que generaron una respuesta débil o que recibieron un placebo.
Concretamente, el uso de una vacuna para combatir la adicción a la cocaína hace que el cuerpo trate a la droga como una invasión de germen y produce anticuerpos que la atacan y la eliminan. En otras palabras, al llegar al cerebro la cocaína no tiene el efecto eufórico que normalmente provoca, lo que hace que la persona adicta deje de usarla porque ya no tiene el placer que le procura la sustancia, prevé el doctor.
El futuro
Sin embargo, todavía esta vacuna no puede ser comercializada porque por el momento sigue estando en la etapa de prueba y evaluación. Kosten precisó que para el mes de febrero se analizarán los resultados de la vacuna que el grupo de expertos recolectó durante las pruebas.
“Luego trabajaremos con las farmacéuticas para ver si hay manera de desarrollar esta vacuna y determinar cuál de ellas podría comercializarla y presentarla a la Food and Drug Administration para su aprobación”, explicó.
El doctor agregó que toma alrededor de dos años para que la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA) apruebe un nuevo producto.
Y aunque la vacuna podría ser una medida contra las adicciones a las drogas, no puede ser utilizada como única solución para tratar a las personas adictas a la cocaína y metanfetamina, pues según las pruebas realizadas por el doctor Kosten, solamente 38% de los pacientes inyectados con este anticuerpo desarrollaron una inmunidad.
Los demás tuvieron una respuesta débil o nula, por razones inexplicadas hasta ahora, señaló el experto.
Otro factor que se tiene que tomar en cuenta es que los efectos de la vacuna se reducen con el tiempo, lo que obliga a una nueva aplicación después de algunas semanas.
Las cifras
Según la última Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud publicada en 2010 por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos, se calcula que en el 2008 había cerca de 1.9 millones de usuarios de cocaína en ese país. De éstos, unos 359 mil consumían crack.
Los adultos de 18 a 25 años de edad tienen la mayor prevalencia de uso de cocaína que cualquier otro grupo de edad. El 1.5% de los jóvenes adultos habían reportado uso de cocaína en el mes anterior a la encuesta.
El abuso y la adicción al alcohol, la nicotina y las sustancias ilegales cuestan a los estadunidenses más de 500 mil millones de dólares al año por su impacto médico, económico, penal y social, señala el instituto. Además, el abuso de drogas ilícitas y del alcohol contribuye a la muerte de 100 mil personas al año en esa nación.
No obstante, el principal obstáculo para desarrollar una vacuna en EU es el financiamiento.
En una reciente entrevista con el diario The Wall Street Journal, la directora del Instituto Nacional de Abuso de Drogas, Nora Volkow, dijo estar “muy emocionada por las posibilidades de vacunas”. Pero el presupuesto entero anual de mil millones de dólares que recibe la agencia es prácticamente igual que lo que la industria farmacéutica gasta para comercializar un solo medicamento.
Explicó que el dinero para la investigación y el desarrollo, está en el sector privado que ha demostrado poco interés en las vacunas contra las adicciones.
Agregó que para que este tipo de vacuna sea rentable para las farmacéuticas, un número grande de médicos deben prescribirlas. Y solamente tres mil 500 doctores en Estados Unidos están especializados permanentemente en adiciones, en comparación a una población de alrededor 21 millones de personas diagnosticadas con problemas de drogas y alcohol.