Con la reciente presentación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, el pasado lunes 21 de enero, el gobierno federal puso en marcha un programa para combatir a 7.4 millones de mexicanos que padecen hambre ante la presencia de 1,500 invitados entre gobernadores, secretarios de Estado y presidentes municipales.

 

En dos décadas el presupuesto para gasto social en México se ha exponenciado al pasar del 2% en 1990, al 28% en 2012, lo que representa 11.3% de Producto Interno Bruto (PIB) pero en comparación con la inversión que los países de América Latína destinan al rubro, no es demasiado.

 

Cuba lidera en la región. Destina 40%, aproximadamente de sus recursos, seguido de Argentina (28%), Brasil (26%), Uruguay (25%) o Costa Rica (24%). En este balance el estado mexicano queda rezagado.

 

Sin embargo, los altos costos que implican los programas de asistencia social generaron déficit en las finanzas públicas de estas naciones. Tanto, que Cepal alertó ante proyectos que no han generado una reducción considerable de pobreza en la región que cuenta con 167 millones de personas en pobreza, 28.8% del total de la población.

 

En un evento organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), representantes de la OCDE y la Cepal coincidieron en que los programas de asistencia han generado desigualdades sociales. Tan sólo en México “los ricos son 27 veces más ricos que los pobres”.

 

Aunado al tema, la Unicef declaró que nueve de cada 10 niños indígenas sufren de algún tipo de privación; “no es posible entender la pobreza de la niñez indígena sin considerar el empobrecimiento sistemático al que han sido sometidos sus pueblos” sostuvo.

 

Y es que el problema no sólo afecta al ámbito rural. En las zonas urbanas se percibe que 70% esta en inseguridad alimentaria, sólo 10% abajo de las áreas rurales.

 

Políticas de asistencia social en AL

 

En Argentina, el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, transfiere recursos monetarios de manera directa a aquellos hogares con hijos de hasta 18 años o discapacitados de cualquier edad, en que el jefe o la jefa de familia se encuentre desempleado.

 

Colombia lleva a cabo dos programas de empleo de emergencia: Empleos en Acción y Manos a la Obra. El primero, complementa los ingresos monetarios de la población perteneciente al 20% más pobre de la población, a través de la contratación temporal –por un máximo de cinco meses–,  el segundo está centrado en la contratación de mano de obra de zonas rurales y en localidades con altos niveles de desplazamiento

 

Venezuela, con el Programa Dotación de Uniformes y Útiles Escolares, consistente en la entrega de un subsidio directo anual compuesto de un par de zapatos, 2 pantalones, 2 franelas o camisa y útiles escolares, a objeto de mejorar las condiciones de estudios de niños de escasos recursos.

 

En Ecuador la apuesta es por Maternidad Gratuita. Su objetivo es contribuir a la disminución de las tasas de morbi- mortalidad materna e infantil de la población de menores ingresos, para lo cual garantiza gratuidad en la atención de salud reproductiva, control de natalidad, parto y cuidados del neonato y niño. Las atenciones cubren el control prenatal, parto, complicaciones obstétricas, planificación familiar, control post parto, atención de niños menores de 1 año, control del niño (desde 1 a 4 años), entre otras prestaciones.

La apuesta mexicana

 

La Cruzada contra el Hambre que el presidente Enrique Peña Nieto lanzó esta semana y en el que pretenden incluirse más de 50 programas de apoyo social estará basado en cinco ejes. Cero hambre. Se buscará la alimentación y nutrición de las personas en situación de pobreza; Eliminación de la desnutrición infantil; Aumento de producción de alimentos y el ingreso económico de los campesinos y pequeños productores; Reducción de las pérdidas post cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización e Impulso a la participación comunitaria y la movilización de la gente para erradicar el hambre.

 

Precisamente, el último punto causó reacciones al compararlo con el programa salinista Pronasol, el cual fue desarrollado por Carlos Rojas Gutierrez quien hoy funge como director del Instituto Nacional de Economía Social.

 

Inclusive a pesar de la ampliación en la cobertura del Programa Oportunidades durante el pasado sexenio, el gobierno del presidente Felipe Calderón dejó 3.2 millones de mexicanos más en situación de pobreza. Cifras del Coneval confirman que existen 52 millones de mexicanos con carencias de lo que 11.7 están en situación de pobreza extrema.

 

Para el senador Gerardo Sánchez García, vicecoordinador del grupo parlamentario del PRI y presidente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), la Cruzada Nacional contra el Hambre presentada por Peña Nieto es muy similar al programa del brasileño Hambre Cero (Fome Zero).

 

Las medidas que coinciden son: atención a personas que viven en condición de pobreza extrema y en carencia de acceso a la alimentación; así como eliminar la desnutrición infanti, lamentar la producción de alimentos para asegurar la seguridad alimentaria y evitar las pérdidas postcosecha, y propiciar la participación de todos los sectores (iniciativa privada, asociaciones, sociedad civil).