RÍO DE JANEIRO. El uso de un artefacto pirotécnico dentro de una local cerrado, el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y las puertas cerradas por los vigilantes figuran entre las causas del incendio que dejó ayer 232 muertos y 131 heridos en la discoteca Kiss en la ciudad brasileña de Santa María.

 

El incendio dejó 232 muertos y no 245 como se había informado inicialmente, dijeron ayer fuentes oficiales.El Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militarizada del Estado de Río Grande do Sul informó que del total de víctimas fatales, 120 son hombres y 112 mujeres.

 

La tragedia dejó además 131 heridos, según el último reporte oficial, que corrigió la cifra de 48 lesionados dada inicialmente.

 

Previamente, la Brigada Militar de la ciudad había informado de 245 muertos, pero según las autoridades el error se debió a las confusión reinante en las primeras horas después de la tragedia.

 

Según las primera investigaciones, el incendio comenzó hacia las 2:30 hora local cuando fue encendido en el escenario de la discoteca un equipo de fuegos pirotécnicos conocido como “Lluvia de plata”, cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.

 

“Todo comenzó porque utilizaron artefactos pirotécnicos en un local cerrado. Eso generó un incendio y un humo muy tóxico que se expandió rápidamente”, explicó el comandante del Cuerpo de Bomberos de Río Grande do Sul, coronel Guido de Melo.

 

“El uso de un equipo no permitido terminó provocando la tragedia”, agregó el oficial, quien informó que la licencia de funcionamiento de la discoteca estaba vencida.

 

“Los integrantes de la banda Gurizada Fandangueira, que tocaban en el momento y encendieron el artefacto que provoca las chispas, intentaron inicialmente apagar las llamas con agua y después con un extintor. No sé si no consiguieron manipular el extintor, pero el fuego y el humo se expandió rápidamente”, dijo Ingrid Goldani, una de las empleadas de la discoteca.

 

En ese momento se apagaron las luces y todo quedó oscuro, relató el cantante Valterson Wotrich, conocido como “Pimenta” y vocalista de la primera banda en presentarse.

 

Las llamas y la humareda provocaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca, al menos mil según algunas fuentes, y una estampida hacia las puertas de salida, en donde muchos murieron pisoteados.

 

“Recibimos la información de personas que estaban en el lugar de que los vigilantes de la discoteca inicialmente cerraron las puertas y no permitieron una rápida evacuación. Eso provocó aún más pánico y tumulto”, según el comandante del Cuerpo de Bomberos.

 

Según los testigos, los vigilantes al parecer no sabían lo que había ocurrido y querían impedir que los estudiantes salieran de la discoteca sin pagar la cuenta.

 

La catástrofe ha enlutado a todo Brasil, pero particularmente a la comunidad universitaria, ya que muchas de la víctimas eran jóvenes de diferentes facultades de la Universidad Federal de Santa María (UFSM) que celebraban una fiesta en el local.

 

El director de la UFSM, Felipe Martins Müller, que dijo estar “consternado por la tragedia”, declaró luto en la institución y convocó “todos los sicólogos y asistentes sociales de la universidad” para que comparezcan al Centro Deportivo Municipal de la ciudad con el fin de ayudar a los familiares de la víctimas y a la comunidad educativa.

 

Santa María, alberga ocho universidades, de las cuales la más importante es la UFSM, que tiene mil 804 profesores y 27 mil 299 estudiantes, que representan más del 10% del total de su población.

 

El alcalde de la ciudad, Cezar Schirmer, decretó luto oficial de treinta días por la tragedia ocurrida en el centro del municipio.

 

Supervivientes narran su desesperación

 

RÍO DE JANEIRO. Una de las supervivientes del incendio en la discoteca brasileña Kiss, que dejó al menos 232 muertos y 131 heridos, relató a periodistas que el fuego se originó por las chispas de “un artefacto” que llevaba el cantante que actuaba en ese momento y que se prendieron en el techo.

 

“(El artista) estaba cantando. Tenía en la mano, no recuerdo bien, un artefacto que despedía chispas. Ahí, no sé si levantó la mano, o cómo fue”, pero estas “llegaron al techo, que estaba cubierto de una espuma aislante. Ahí comenzó muy rápido el fuego”, dijo Taynne Vendruscolo, de 25 años, a la Radio Estadão.

 

Según la chica, cuando el cantante terminó, el techo encima del escenario estaba cubierto de llamas.

 

“Al principio creíamos que se apagaría con algún extintor y seguiría la fiesta”, pero lo que siguieron fueron interminables minutos de pánico, en los que centenares de personas trataban de llegar a la calle para huir de las llamas que devoraban la discoteca.

 

Vendruscolo, que estaba en un área VIP de la discoteca cercana a la salida y por eso puso salir rápido, contó que bomberos, policía y ambulancias “llegaron muy rápido” y los primeros comenzaron a romper ventanas y puertas para ayudar a la gente a evacuar.

 

En referencia a las informaciones que apuntan que la discoteca sobrepasaba su aforo, consideró que aunque el lugar estaba lleno no había exceso de personas en su interior en el momento de la tragedia.

 

Distintos relatos apuntan que en la discoteca estaban reunidas entre mil y dos mil personas cuando comenzó el fuego.

 

Otra de las asistentes a la fiesta de la discoteca Kiss explicó que, tras declararse el incendio que dejó al menos 245 muertos, la gente se desesperó e intentó salir del recinto, pero muchos de ellos cayeron al suelo y fueron pisoteados en medio de la estampida.

 

En declaraciones al Diario de Santa María, la mujer, que no fue identificada, dijo que ella se salvó por estar cerca de la única puerta de la discoteca, donde se celebraba una fiesta universitaria.

 

Uno de los guardias de seguridad de la discoteca, Rodrigo Moura, de 20 años, explicó al mismo diario que se encontraba en el escenario en el momento en que la banda que se presentaba disparó una luz de bengala que presuntamente provocó el incendio y que tomó un extintor para contener las llamas, pero el artefacto no funcionó.

 

Alberto Tessmez, un bancario que pasaba por el centro de Santa María en el momento del incendio, contó que cuando vio movimiento frente a Kiss, detuvo su automóvil y ayudó a salir del lugar a por lo menos 50 personas.

 

Según Tessmez, el humo en la discoteca era muy denso, lo que dificultaba la salida de los asistentes a la fiesta.

 

“Va a ser imposible que alguien en la ciudad no tenga algún conocido entre las víctimas”, declaró la estudiante de Periodismo Michelle Falcão, quien relató a la prensa que dos amigas de sus hermanos estaban desaparecidas.

 

Falcão explicó que “hay mucha gente desesperada y llorando. Los hospitales también están llenos de personas que paran a los enfermeros con fotos de los familiares desaparecidos”.

 

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